La vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, ha vuelto a perder los papeles y se ha mostrado más sectaria que nunca. Y es que no ha tenido reparos en llamar negacionista y retardista a Josu Jon Imaz, CEO de Repsol, por su discurso sobre la transición energética europea en el Foro de Davos.

Sorprende por dos razones el nuevo ataque de Ribera, aludiendo a que Imaz defiende un discurso de “negacionismo y retardismo”, en su entrevista en el programa ‘Al rojo vivo’ de La Sexta.Y también que refiriera que ve “crecientemente decepcionante” y “populista” el mensaje del CEO de Repsol sobre repensar la transición energética.

Primero sorprende porque el ataque llega cuando han transcurrido unas 19 horas desde que su jefe, Pedro Sánchez, se reuniera con líderes empresariales en Davos en un ambiente bastante cordial (asistieron hasta Ignacio S. Galán y Rafael del Pino), pese a la metedura de pata de la propaganda monclovita. Y ojo, al mismo tiempo, Ribera ha afirmado que tiene “un gran respeto” por Imaz... ¡qué cara más dura, señora! Y segundo, sorprende que Ribera haya perdido los papeles por unas declaraciones que Imaz ha hecho en más de una ocasión anteriormente. 

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El CEO de Repsol, ahora desde Davos, ha vuelto a referir que se está fallando en las políticas de descarbonización y que Europa debe repensar su política energética si quiere lograr una transición justa y equitativa, algo que ya señaló hace unos meses junto al presidente de Repsol, Antonio Brufau, y que después repitió este último el pasado mayo. Imaz ha referido que se ha centrado mucho en descarbonizar, es decir, en sostenibilidad, olvidando el resto de elementos que debe tener una política energética (y que dan lugar a lo que en el argot del sector se denomina el trilema energético): la seguridad de suministro y el precio asequible. Imaz ha criticado que olvidar estos dos aspectos ha tenido consecuencias: mayor dependencia de otros países (entre ellos, Rusia, hasta que estalló la guerra en Ucrania; y se han sumado otros como EEUU, Noruega, Catar... con los crecientes envíos del caro gas natural licuado -GNL-) y el precio del gas se ha duplicado o triplicado en el mundo porque Europa ha empezado a comprarlo en todas partes. Además, ha criticado el “enfoque ideológico” de la transición energética, porque la electrificación es una parte importante de ella, pero no todo.

Una vez más, Imaz ha defendido a la industria y sus empleos, destacando no sólo que Repsol ha invertido mucho en sus refinerías (en las que trabajan 11.100 personas), sino que el sector cementero, papelero, siderúrgico o químico no pueden afrontar el coste de la energía y los empleos industriales se ven amenazados. Y en Asturias lo saben bien con la planta parada de ArcelorMittal, la misma que ahora está impulsando en Francia.