General Motors ha pisado el acelerador en 2021, pese a la crisis de chips que lastró especialmente el cuarto trimestre. Y es que ha disparado un 55% el beneficio neto, hasta unos 8.888 millones de euros, superando el obtenido en 2019, por tanto, el nivel prepandemia, y después de que en el primer semestre volviera a ganancias

El grupo automovilístico estadounidense ha logrado un beneficio antes de intereses e impuestos (Ebit) de 12,681 millones (+47,2%) y ha elevado su margen de rentabilidad del 14,9% al 17,7%. Por su parte, la facturación ha ascendido a 112.657 millones (+3,6%), pero con menores ventas: 6,29 millones de coches en todo el mundo, lo que supone un 7,8% menos que el anterior por la falta de chips, y encima ha perdido la primera posición en EEUU, que le ha arrebatado Toyota.

Ha vendido 6,29 millones de coches en todo el mundo, un 7,8% menos por la falta de chips, y encima ha perdido la primera posición en EEUU, que le ha arrebatado Toyota. Eso sí, prevé mejora en semiconductores y que los resultados se mantengan sólidos en 2022

En el cuarto trimestre, el beneficio neto de General Motors se desplomó un 38,8%, a 1.544 millones. Mientras, los ingresos descendieron un 10,4%, hasta 29.791 millones, y las ventas cayeron un 30,2%, a 1,47 millones de coches. Y de cara a 2022, “esperamos que nuestros resultados se mantengan sólidos”, ha destacado la presidenta y CEO, Mary Barra, en una carta a los accionistas, por la “mejor perspectiva para los semiconductores en Estados Unidos y China”. De hecho, estima que las ganancias ajustadas al Ebit se mantengan en niveles récord o cerca de estos, en entre 11.533 y 13.308 millones, y que los beneficios netos estén entre 8.339 y 9.583 millones.

General Motors agrupa a marcas como Chevrolet, GMC y la de coches de lujo Cadillac, tiene su sede en Detroit (Michigan, EEUU) y cuenta con fábricas en su país, México, Corea del Sur, México, Brasil, Canadá, Venezuela, Argentina, Colombia y Vietnam. Conviene destacar que en España ya no produce, pues en 2017 vendió Opel (por tanto, también la planta de Figueruelas, en Zaragoza) y Vauxhall al antiguo grupo PSA -Peugeot, Citroën y la marca de coches de lujo DS-, que el año pasado se fusionó con Fiat Chrysler Automobiles (FCA) dando lugar a Stellantis. Además, parece que General Motors no se parece a la mayoría de marcas asiáticas (habrá algunas excepciones con la japonesa Mitsubishi y la india Switch Mobility) que no fabrican aquí, pero sí venden vehículos, porque no tiene ventas destacadas a juzgar por los últimos datos de matriculaciones de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac).

Y no hay que olvidar que el grupo automovilístico estadounidense también ha apostado por el lenguaje inclusivo y un poco idiota, al optar por la palabra chair para la figura de la presidencia.