Al hablar de energía nuclear algunos tuercen el gesto (y la serie Chernóbil no ayuda), entre ellos, la ministra de Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, que le ha declarado la guerra a pesar de ser ¡una energía limpia! Pero conviene recordar que en el mundo hay 450 reactores nucleares y pocos accidentes (el último fue en Fukushima, Japón, el 11 de marzo de 2011). Entre sus defensores, está EEUU, que alarga hasta 80 años la vida de sus centrales, mientras Francia quiere reducir su peso y España, como bien saben, cerrarlas.

Empecemos por el país que dirige Donald Trump. Hace poco más de una semana, Ho Nieh, director de la director de la Oficina de Regulación de Reactores Nucleares (NRR) -organismo homólogo a nuestro Consejo de Seguridad Nuclear (CSN)-, afirmaba que “la gran mayoría de las centrales estadounidenses tienen autorización para funcionar 60 años”, en concreto 90 de las 98 que hay -de los que 49 ya tienen más de 40 años-. Sin embargo, esta semana se ha dado un paso más: la Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos (NRC) ha decidido que alargará la vida útil de sus centrales hasta los 80 años y ya gestiona las peticiones de 17 compañías (entre ellas, Duke Energy). 

En EEUU, la mitad de las centrales tiene más de 40 años, todas podían funcionar 60 y ahora se alargará su vida a 80

Cruzamos el océano Atlántico y la primera parada es Francia, el país del mundo donde la nuclear aporta la mayor cantidad de electricidad (71,67% en el año 2018). Sin embargo, el Gobierno que lidera Emmanuel Macron parece que se ha contagiado un poco del ‘virus Greta Thunberg’ y quiere reducir esta cuota al 50% de cara a 2035, al mismo tiempo que aumentará la de la eólica y la solar al 45%, apostando así por el binomio nuclear-renovables. Esta decisión conllevará el cierre de 14 de los 58 reactores que tiene ahora (a los que se suma uno en construcción, el de Flamanville, que acumula retrasos y sobrecostes) en los próximos 17 años: los de Fessenheim serán los primeros, pues echarán la llave en la primavera de 2020.

Y por último, llegamos a España, donde Ribera ha decretado el cierre progresivo de los siete reactores que quedan entre 2027 y 2035, pese a que la nuclear es la primera fuente de energía (aportó el 20,39% de la electricidad en 2018). La ministra más ‘verde’ del Gobierno Sánchez hace oídos sordos a la larga lista de defensores de la nuclear, que demuestran lo absurda que es su guerra, entre ellos: desde la mismísima ONU, pasando por la Agencia Internacional de la Energía (AIE)​, muchos expertos en geoestrategia y también otros en materia energética, a la patronal del sector en España (Foro Nuclear), al propio Nieh, y hasta el visionario Negroponte o los verdes. Todos están convencidos de que puede ser una solución en la lucha contra el cambio climático, menos ella.

 

Alegría en el sector del automóvil español: la producción y la exportación también suben a doble dígito en septiembre

Desde hace más de una semana, algunos fabricantes de coches (Volvo, PSA, Tesla, Renault y Daimler) han publicado sus resultados del tercer trimestre y, por tanto, de los nueve primeros meses, donde ha habido un poco de todo. En el caso del sector del automóvil español, que emplea a unos 2,3 millones de personas, hay alegría, pues la producción (+17,2%) y la exportación (+21,1%) también han subido en septiembre, según la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC).

En concreto, la fabricación ha ascendido a 234.102 unidades y se han exportado 195.709, buenas cifras que llegan semanas después de conocerse las de ventas, que se dispararon un 18,3%, hasta 81.751. Y en el conjunto de los nueve primeros meses, la producción ha subido un 2%, hasta 2,2 millones de coches; y la exportación sólo ha descendido un 2,2%, a 1,73 millones de unidades; mientras las matriculaciones han acumulado una bajada del 7,4%.