Esta misma mañana les mostrábamos un nuevo caso de la caradura y la impunidad de los 'vulnerables' protegidos por el Gobierno, que carga a los ciudadanos con la responsabilidad de mantener a los que no pueden acceder a una vivienda por su gran Ley de Vivienda. Es lo que llamamos 'el escudo social del Gobierno'. Para desgracia de los afectados, el Gobierno y sus socios han decidido prorrograr un año más este escudo, es decir, el Real Decreto 11/2020. 

Marifé, de 64 años, prejubilada, con una pensión de 750 años y graves problemas de salud, es la última incorporación al escudo. Con su pensión no podía cubrir sus gastos, por lo que decide alquilar una vivienda en Paterna (Valencia) a una mujer con dos negocios aparentemente boyantes. 

En 2020 es cuando se estipula el alquiler en 400 euros, pero en 2023 comienzan los retrasos: "En vez de pagar al principio de mes, pagaba a finales. Después se le juntaba la deuda de un mes con el anterior", explica José María, el hijo de la propietaria. "A partir de 2024, la inquilina empezó a pagar el alquiler cada cuatro o cinco meses. La última vez que nos ingresó una mensualidad fue en agosto de 2025. Desde entonces no ha vuelto a ingresar ninguna cantidad". "Esta mujer tiene cuatro hijos, tres de ellos son mayores de edad", pero uno de ellos tiene discapacidad tipo 2, lo que ha impedido a la Policía el desalojo. 

El piso en el que vivie Marifé tiene escaleras y ella no puede subirlas, por lo que necesita el otro piso, pero la inquiokupa se niega a irse y a pagar. Esto hace que el hijo de la propietaria tenga que pagar "700 euros mensuales de la hipoteca de la vivienda y de los gastos de la inquilina. Lo pago yo porque mi madre no puede asumir esta deuda", afirma José María. 

Es más, su madre está teniendo que recurrir a Cáritas para llegar a fin de mes, mientras la deuda de la inquiokupa asciende a 6.800 euros: "No es una persona vulnerable. ¿Cómo es posible que una persona que tiene dos negocios sea considerada vulnerable?", lamenta José María.

"Mi madre necesita ese piso para vivir porque tiene una discapacidad total. Tiene las dos piernas vendadas porque tiene dos úlceras. Ha estado casi tres meses hospitalizada. Para ir al médico necesita la ayuda de otra persona para subir y bajar de su casa porque donde reside actualmente no hay ascensor. Para ir al médico tiene que desplazarse en ambulancia".