Decíamos casi ayer, que Telefónica parece, por un lado, el Ejército de Pancho Villa, con consejeros y directivos despistados, disparando no se sabe exactamente a quién, al tiempo que el ínclito Javier de Paz, uno de nuestros peores ciudadanos, prosigue con sus razias contra los fascistas y demás ultras insertos en el organigrama. Creo que son muchísimos.
Pero lo peor es que el ambiente en la operadora, en esta despedida de 2025, el año de Marc Murtra, es el de un barco que se hunde. Javier de Paz aún manda en la compañía pero hasta él sabe que no será por mucho tiempo, porque su situación comienza a ser insostenible.
En el distrito C se vive una especie de desbandada general. Quedarse un día más puede provocar la asunción de responsabilidades. Y no digamos nada cuando estalle lo de Zapatero... que provocará la salida inmediata del precitado Javier de Paz, quien es plenamente consciente de que ahora toca aprovechar hasta el último instante de poderío.
Desbandada general en la compañía. Quedarse un día más puede provocar la temida asunción de responsabilidades. Y no digamos nada cuando estalle lo de Zapatero... que provocará la salida inmediata de Javier de Paz y la caída del dominó
Ejemplos de este ambiente tóxico: se marchan el consejero de Movistar+, Rosauro Varo, y uno de los técnicos más cualificados de Corporativo que igual valía para un roto que para un descosido Gonzalo Martín-Villa. El primero, uno de los nuevos ricos, cabeza visible de la 'Smart People' o clase empresarial pro-Sanchez que pretendiera crear el entonces todopoderoso responsable de Presidencia de Moncloa, Iván Redondo. Varo se marcha, nos dicen, amistosamente, saludando, desde los tercios, como buen amigo de los socialistas Marc Murtra y Javier de Paz.

La verdad es que el presunto derechista Varo se llevaba de miedo tanto con Pallete como con su verdugo interno, Javier de Paz y que, a través de Telefónica consiguió entrar -luego sería defenestrado, en Prisa y conseguir una proyección pública que no tenía.
Pero lo cierto es que Varo se ha ido de Telefónica asegurando a sus próximos que se iba porque estaba viendo cosas que no le gustaban nada. Lo cierto es que se marcha para no tener que asumir responsabilidades. Y su sinceridad queda aún más en entredicho cuando se mantiene en el Consejo de Acciona Energía de la familia Entrecanales, cuya reputación societaria aún está más en caída libre desde que saltara el caso Santos Cerdán.
Lo mismo puede decirse de los ejecutivos. Por ejemplo, de Gonzalo Martín Villa, que a pesar de ser hijo de los ex ministros siempre se ha llevado muy requetebién con el zapaterista Javier de Paz. Sencillamente, al igual que don Rosauro, don Gonzalo no queire que se le caiga encima del Distrito C. Mejor irse antes del derrumbe.
Estamos ante dos arquetipos de sujetos que que se marchan para eludir responsabilidades porque sienten que todo va de mal en peor. Martin Villa pierde un sueldo espléndido y Rosauro Varo ve como sus accione de Telefónica, donde llegó a invertir más de 20 millones de euros, han reducido su precio en más de un tercio: son muchos millones de euros los que pierden pero lo peor está por venir.
Se estrecha el cerco... pic.twitter.com/aNewuP1zMF
— Manuel Vega (@mvegagp) December 27, 2025
En paralelo, y les aseguro que tiene su importancia, el prediente de PRISA, Joseph Oughourlian, ha recibido la orden de atizarle a Pedro Sánchez. ¿Órdenes de quién? Pues de su jefe o jefes. ¿Quiénes son? El día en que me entere de quienes son (lo sabía César Alierta pero se llevó el secreto a la tumba) seré el periodista más feliz de España.
En paralelo, el prediente de PRISA, Joseph Oughourlian recibe la orden de atizarle a Sánchez, que ya no les sirve. Y le atizan en Telefónica, que con Murtra en la Presidencia, tiene cola para pisar
En cualquier caso, El País y la SER mandan hoy una multinacional ,se supone que de capital franco-armenio, que no obedece a Pedro Sánchez y que ,además, ha ahora cree que Sánchez ya no les sirve; es un pato cojo, que ya tiene preparad su esquela. Es más, es multinacional progre que dirige PRISA ya no cuenta ni con Sánchez ni con ZP. Y el día que caiga ZP, que puede ser mañana mismo, las fichas del dominó van a derrumbarse en cascada. Incluso el doble seis que habita en Moncloa.
Telefónica: el último que apague la luz.










