Con dinero europeo y español, pero patente alemana… Unas condiciones con las que Volkswagen sí se ha atrevido a anunciar una gran fábrica de baterías en nuestro país. De hecho, ha esperado a que el Gobierno aprobara el primer Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE), instrumento que permitirá acogerse a los fondos Next Generation de la UE, y que se destinará a impulsar la transformación del sector de la automoción.

Hace cuatro meses, el gigante automovilístico alemán se lanzó a por la movilidad eléctrica asequible y anunció seis gigafactorías para crear baterías en Europa. Las dos primeras las ubicó en Skellefteå (Suecia) y en Salzgitter (Alemania), pero no se mojó respecto al lugar de la tercera: se debatía entre España, Portugal o el sur de Francia. De esta forma, el CEO del grupo, Herbert Diess, enfrío las expectativas surgidas diez días antes, cuando junto al Rey Felipe VI y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la visita a la planta de Seat en Martorell (Barcelona): allí se refirió el proyecto de un consorcio público-privado para montar la primera fábrica de baterías en España, lanzado por Volkswagen, Seat e Iberdrola, que estaba abierto a otros socios y era candidato a recibir fondos europeos.

Thomas Schmall, presidente del Consejo de Administración de Seat y responsable de tecnología del grupo Volkswagen, afirma que la fábrica de baterías “permitiría un suministro altamente seguro para la producción de vehículos eléctricos prevista en el país”

Ahora el tema se ha vuelto a calentar, cómo no, a cuenta de dinero europeo y español. El pasado lunes, en La Moncloa, en una nueva ‘performance’ se presentó el PERTE de automoción: Sánchez presumió de que creará la primera academia de baterías… mientras ya hay anuncios de fabricarlas en Reino Unido, Francia, Alemania o Suecia por parte de Nissan, Renault y Volkswagen. Un día después, el Consejo de Ministros aprobó dicho PERTE que incluye: una inyección pública de 4.295 millones de euros y espera atraer una inversión privada de 19.700 millones. Las candidaturas deberán incluir al menos cinco empresas de dos autonomías diferentes y tener como objetivo la instalación de una fábrica de baterías.

Ese mismo día, en Alemania, Diess presentó la hoja de ruta del grupo Volkswagen hasta 2030: ‘Future: Fast Forward’. Un evento dónde anunció la firma de un acuerdo con la compañía china Gotion High-Tech para industrializar la producción de celdas de baterías en Alemania y confirmó que la tercera gigafactoría estará en España. “Estamos dispuestos a establecer toda la cadena de valor de la movilidad eléctrica en el país, incluida la producción de vehículos eléctricos, así como sus componentes, y una nueva fábrica de baterías del grupo”, ha señalado Diess y Thomas Schmall, presidente del Consejo de Administración de Seat y responsable de tecnología del grupo Volkswagen, ha añadido que dicha planta “permitiría un suministro altamente seguro para la producción de vehículos eléctricos prevista en el país”.

Con estos pasos y algunos otros, el gigante automovilístico alemán quiere que los coches eléctricos supongan el 50% de sus ventas en 2030. Algo que va en la línea adoptada por la Comisión Europea, que acaba de fijar para 2035 el fin de la venta de coches de combustión. Esto supone vetar los turismos de gasolina, diésel, gas e híbridos... pero ojo, porque al menos en España, el precio de la luz está en máximos, así que imaginen cuánto va a subir la factura cuando haya que recargar el coche. Y por si esto no fuera bastante, subirán los impuestos al diésel, a la gasolina y al gasóleo, porque Bruselas está empeñada en electrificar sí o sí, lo demás -y por supuesto, el bolsillo de los contribuyentes- le da igual... todo sea para luchar contra el cambio climático.