Este lunes se ha celebrado una nueva ‘performance’ del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en La Moncloa… y ya hemos perdido la cuenta de cuántas van. En concreto, se ha presentado el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) del vehículo eléctrico y conectado, con el que se aspira a que España sea un hub europeo de electromovilidad, donde Sánchez ha presumido de que España creará la primera academia de baterías para formar a 150.000 personas… mientras ya hay anuncios de fabricarlas en Reino Unido, Francia, Alemania o Suecia, concretamente de Nissan, Renault y Volkswagen.

Sánchez, escoltado por la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, y la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, ha vuelto a presumir de lo mucho que apoyan que la gente tenga acceso al coche eléctrico: con unas medidas de estímulo por 1.000 millones de euros y otros 1.000 millones para la instalación de puntos de recarga. Como si eso fuera suficiente… De hecho, el citado PERTE aspira a una inversión pública de 4.295 millones de euros, que podría complementarse con inversión privada por valor de 19.700 millones. 

El citado PERTE aspira a una inversión pública de 4.295 millones de euros, que podría complementarse con inversión privada por valor de 19.700 millones

Aunque el Gobierno cumple su compromiso de que el primer PERTE en aprobarse (algo que sucederá en el Consejo de Ministros del próximo martes) fuera el del automóvil, el sector no está del todo contento. Desde la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), su presidente, José Vicente de los Mozos, ha subrayado el fuerte impacto del Covid-19 en el mercado español, donde las ventas han caído un 30%, frente a los descensos del 20% de Alemania y Francia, y que la recuperación global no llegará antes de 2023, destacando que pese a esto, cerca de 70.000 puestos de trabajo en las fábricas españolas se han mantenido. Por su parte, desde la Asociación Española de Proveedores de Automoción (Sernauto), su presidenta, María Helena Antolín, ha señalado que debemos “ser muy rápidos” en captar fondos europeos dada la rivalidad de los países cercanos.

Desde Ametic, se subraya que “conformarse con híbridos es una buena noticia, pero no es suficiente para mantener el peso del automóvil en el PIB español”

Adriano Mones, presidente de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico (AEDIVE), ha referido que España es el octavo país de la Unión Europea con puntos de recarga públicos y el cuarto con puntos de carga rápida, pero “necesitamos el compromiso de las Administraciones Públicas” para superar las barreras en la concesión de licencias y permisos, que llevan a retrasos de más de dos años. Además, ha destacado “el potencial minero excepcional” de España, en varios minerales, incluido el litio, con la segunda mina más importante que permitiría producir 10 millones de coches eléctricos. Eso sí, no ha mencionado el uranio, justo el día en que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha informado desfavorablemente ante la solicitud de Berkeley Minera España sobre la autorización de construir una planta de fabricación de concentrados de uranio en Retortillo (Salamanca).

Desde la Asociación de empresas de electrónica, tecnologías de la información, telecomunicaciones y contenidos digitales (Ametic), Pedro Mier, ha subrayado que el coche eléctrico y conectado será como “un ordenador con ruedas”. Y ha insistido en que “se están repartiendo nuevas cartas, y se puede perder o se puede ganar”. “Conformarse con híbridos es una buena noticia, pero no es suficiente para mantener el peso del automóvil en el PIB español”, ha subrayado. Y por cierto, en la ‘performance’ también ha estado presente Ignacio Sánchez Galán, presidente y CEO de Iberdrola, al que Sánchez ha saludado efusivamente... pues es el empresario favorito del Sanchismo.