Cuando se escriben estas líneas todavía no había comunicado oficial, pero ya saben que cuando el río suena… Hablamos de los 35.000 despidos (el 30% de la plantilla) que llevará a cabo UBS tras quedarse con el rescatado Credit Suisse. El ajuste, adelantado por Bloomberg, afectará principalmente a los 45.000 trabajadores de Credit Suisse repartidos entre el negocio de banca de inversión, banca minorista y los servicios centrales ubicados en Zúrich. El resto, banca corporativa y banca privada, se verán afectados, pero menos.

Lo cierto es que la plantilla sospechaba que algo gordo iba a suceder y no precisamente agradable, desde el momento en el que UBS se hizo cargo de su competidor por 3.050 millones, en marzo. Sólo un mes después, en abril, el recién fichado como consejero delegado, Sergio Ermotti, que ya trabajó en la entidad entre 2011 y 2020, intentó tranquilizar a las masas, aunque no pudo ocultar que habría “cambios y decisiones difíciles”.

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La fusión -por absorción- de UBS y Credit Suisse es una demostración de que juntas dos bancos en dificultades y tendrás tres problemas, además de miles de empleados en la calle. Porque UBS no va bien, como se vio en los resultados del primer trimestre del presente ejercicio, con menos ingresos, más gastos y un beneficio muy a la baja.

En España ya hemos vivido situaciones análogas, de tal manera que actualmente estamos en un periodo de tranquilidad, en el que los principales banqueros -Gorigolzarri, Torres…- aseguran que no habrá más ajustes de plantilla, al menos durante los próximos años.

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