En la central nuclear de Almaraz, los últimos años se mira cada vez más el calendario de cierre que se pactó entre Gobierno y energéticas en 2019, pues a la Unidad I le tocaría en noviembre de 2027 y a la Unidad II en octubre de 2028. Sin embargo, las peticiones para que no se cierre, sino que se prorrogue su vida útil son numerosas... y podrían acabar cambiando las cosas. Entre los apoyos, no faltan los de los empleados (la última muestra se ha visto en un acto del comité de empresa), los alcaldes de la zona (que han impulsado la Plataforma ‘Sí a Almaraz, Sí al Futuro’), energéticas (en especial, sus propietarias -Iberdrola, Endesa y Naturgy-) y algunos políticos (como Isabel Díaz Ayuso), entre otros muchos, que defienden su prórroga... mientras el Gobierno, sobre todo, la vicepresidenta tercera, SaraAagesen, insiste en el ridículo y en ser descortés (declinó reunirse con la citada plataforma, por tercera vez).

El comité de empresa de la central de Almaraz se ha reunido con el delegado del Gobierno en Extremadura, el socialista José Luis Quintana, y le ha entregado una carta donde piden la extensión de la vida útil más allá de 2028. El presidente del comité de empresa, BorjaRomero, ha señalado que le han transmitido “el malestar de los trabajadores por el cierre programado”, para el cual “no hay argumentos ni técnicos ni del impacto socioeconómico en la comarca de Campo Arañuelo ni en Extremadura”. Asimismo, ha referido que la propuesta de prorrogar hasta 2030 (en línea con las declaraciones de Francisco Reynés, presidente y CEO de Naturgy) es “insuficiente” y se debería ir a un “horizonte mucho más amplio”, en concreto, a 20 años más.

Entre las razones que da Romero para defender esto se encuentra el hecho de que Almaraz produce electricidad “de manera segura, fiable, eficiente y libre de emisiones de CO2”. Asimismo, es “referente internacional en seguridad y en buenas prácticas”, situándose entre las mejores del mundo en la clasificación de la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (WANO, por sus siglas en inglés”. Además, en la “central nuclear gemela de North Anna, en Virginia (EEUU), se ha aprobado su prórroga hasta los 80 años de vida”. Y por si esto no bastara, no hay que olvidar que “damos estabilidad al sistema eléctrico, garantizamos el suministro y aportamos inercia al sistema”, tres ideas que no son baladí tras el apagón masivo que sufrió la Península Ibérica el pasado 28 de abril.  

Los apoyos a la extensión de la vida útil de la central extremeña también llegan desde fuera de Extremadura. La pepera Isabel Díaz Ayuso ha insistido en “defender el no cierre de Almaraz”, como se ha podido ver en una reciente entrevista en Telemadrid. De hecho, la presidenta de la Comunidad de Madrid lo hace porque “es una atrocidad no sólo para los empleos directos en la comunidad de Extremadura sino para el futuro energético de España”.

Díaz Ayuso ha mostrado una postura contraria a la mostrada por la podemita Ione Belarra, que ha cargado contra el PSOE por abrirse a tramitar la prórroga de las nucleares… cuando las propietarias lo pidan de forma oficial. Es más, la pepera madrileña ha subrayado que “todas las eléctricas y todo el que trabaja en el sector energético sabe que renovables y nucleares no se han de enfrentar sino trabajar juntas”. Por su parte, Enrique Riquelme, presidente de Cox (compañía que se hizo con Abengoa y también apuesta por la energía termosolar), ha avisado que las renovables no dan estabilidad al sistema y se necesitan “otras tecnologías”, y aunque cree que “el almacenamiento va a ser un eje principal en los próximos años”, para la generación de energía se necesita potencia y esta no se logra “solamente con almacenamiento”.

A la vista de lo anterior, en poco más de un mes, Ayuso ha defendido notablemente la energía nuclear. La vez anterior lo hizo desde Francia, nueve días después del apagón masivo que llevó a negro toda la Península Ibérica, subrayando que la nuclear es una “pieza fundamental en el futuro energético y económico” y que “lo peor que le puede pasar a una nación en política energética es dejarse llevar por el sectarismo ideológico, la falta de ese rigor científico, la imprevisión”.

Al mismo tiempo, cabe recordar que el pasado febrero hizo frente común con la presidenta de Extremadura, la pepera María Guardiola, para defender la central de Almaraz. Allí llegó a referir que “no podemos permitir que el Gobierno apague el futuro de España”. Y es que la energía nuclear es la segunda fuente de generación eléctrica de nuestro país, sólo por detrás de la eólica, y lo hace ¡sin emitir CO2!, contribuyendo al abaratamiento de la factura eléctrica. En el caso de la central extremeña no se puede olvidar que proporciona el 7% de la demanda eléctrica anual de España, es decir, el equivalente a 4 millones de hogares. Asimismo, aporta el 15% de la electricidad de la Comunidad de Madrid. De hecho, meses atrás, el consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de esta región, Carlos Novillo, subrayó que más del 40% de la electricidad madrileña procedía de las centrales nucleares de Almaraz (Cáceres) y Trillo (Guadalajara), y también pidió “dar marcha atrás y alargar la vida útil de las nucleares”

Dejando a un lado la política, este jueves se ha celebrado en Madrid una nueva edición de la Jornada Técnica de la Sociedad Nuclear Española (SNE) -la cual agrupa a los profesionales del sector en nuestro país-, donde se ha vuelto a subrayar que las centrales nucleares españolas son modernas, seguras y fiables y están preparadas para operar durante mucho más tiempo y que grandes tecnólogos apuestan por nuestro país fijando aquí núcleos importantes de ingniería. Además, sobre Almaraz se ha señalado que no solo representa una garantía de seguridad y estabilidad energética, sino también un compromiso con el desarrollo económico, social e industrial de España. 

Paulo Domingues, presidente de la SNE, ha subrayado que “estamos viviendo un momento muy interesante de cara al presente y futuro del debate nuclear”. Según ha explicado, a nivel internacional estamos asistiendo a un renacimiento con cada vez más países queriendo desarrollar sus propios programas nucleares, países revertiendo legislación que prohibía la construcción de nuevas unidades de generación nuclear y un interés creciente tanto en grandes reactores de generación III+ como en pequeños reactores modulares (los denominados SMR). En el caso de España “contamos con una industria nuclear potente”, ha referido, apuntando que “los siete reactores en operación son modernos, seguros, fiables y plenamente preparados para operar durante mucho más tiempo” y ha puesto en valor el potencial de los profesionales y empresas del sector. Por todo ello, “miramos al futuro con optimismo y con la certeza que nos brindará grandes oportunidades que sabremos aprovechar”, ha añadido.