
Manuel Carreño nació en Cáceres, pero ha vivido toda su vida en el pueblo Navalmoral de la Mata, que se sitúa a unos 19 kilómetros de la central nuclear de Almaraz. Esta cercanía no es casual y desde hace unos años está ligada a su día a día, pues este ingeniero técnico industrial se incorporó a esta central en 2007, y desde el año pasado es jefe de turno. Además, es vicepresidente de la plataforma ‘Sí a Almaraz, Sí al futuro’, que surgió a finales de diciembre para defender su continuidad y la prórroga de su vida útil, y convocó una exitosa manifestación el 18 de enero.
-¿Lleva mucho tiempo trabajando en la central nuclear de Almaraz?
-Desde 2007. Estuve de 2007 a 2009 realizando una formación exclusiva para desempeñar el puesto de operador en la sala de control. Me incorporé a la planta para trabajar en 2009. El siguiente nivel es el de supervisor de la sala de control, otro estudio específico que hice de 2014 a 2016, y jefe de turno soy desde el año pasado, que es la persona que dentro de la sala de control lidera al equipo de turno.
-Antes de entrar en la central, ¿había trabajado en algo relacionado con la energía nuclear?
-No, fue mi primer contacto y hasta ahora.

-¿Y dentro del sector energético?
-No, había terminado la ingeniería, había trabajado algo en un estudio de ingeniería de proyectos, pero muy poco. Salió una plaza aquí, la solicité y me seleccionaron, y desde entonces.
Todo está enfocado a la seguridad, desde que entramos por la puerta y hasta que salimos, no hay otra premisa en este tipo de instalaciones
-¿Qué le motivó a apostar por esto?
-En aquel momento era una buena oportunidad porque era una industria potente dentro de Extremadura, y la verdad es que me atrajo trabajar en este tipo de industria. Es una gran desconocida, pero todo está enfocado a la seguridad, desde que entramos por la puerta y hasta que salimos, no hay otra premisa en este tipo de instalaciones.
-¿Cómo definiría la energía nuclear?
-Como una energía limpia y libre de emisiones. Una energía verde, como ha sido catalogada en Europa recientemente después de toda la crisis energética con el gas, pero lo es desde sus inicios.
-¿Cómo definiría la central de Almaraz en unas pocas palabras?
-Una central de referencia a nivel mundial en cuanto a seguridad, fiabilidad y competitividad.
El equipo que trabaja en la central nuclear de Almaraz es extraordinario. Lo mejor es el compañerismo que hay y la facilidad con la que trabajamos e interactuamos con otras secciones y con otro tipo de organizaciones
-¿Qué supone para usted esta central?
-Aparte de ser mi trabajo, en Extremadura supone un motor muy importante para la economía. Yo soy extremeño y trabajo dentro de mi región, gracias a Dios, cerca de mi casa y de mi lugar de origen, y para mí evidentemente como ciudadano es una importante referencia a nivel económico, y un motor de impulso de la comarca, y por extensión, de la comunidad autónoma.
-¿En qué consiste su trabajo diario como jefe de turno?
-En coordinar desde la sala de control todas las actividades que realizamos a diario: labores de mantenimiento; y otras operaciones, como la puesta en marcha de equipos, el control de la producción eléctrica, el proceso que llamamos de seguridad nuclear (el de todos los componentes de la operación del reactor), etc.

-¿Y qué es lo mejor de este trabajo?
-A nivel personal, el equipo que trabaja en la central nuclear de Almaraz es extraordinario. El compañerismo que hay y la facilidad con la que trabajamos e interactuamos con otras secciones y con otro tipo de organizaciones. Cuando estás rodeado de buenos profesionales, buenos compañeros y buen ambiente, es muy importante a nivel de trabajo.
-¿Algunas dificultades o desafíos que afronta en su jornada diaria?
-En realidad no lo son. La complejidad que tiene el proceso para el personal que trabaja en la sala de control es nuestro día a día, estamos entrenados perfectamente para realizar nuestro desempeño, realmente no es un desafío sino que es nuestra normalidad. Tenemos un sistema rotativo en turnos de mañana, tarde y noche; nuestros descansos semanales y nuestro ciclo de formación (unas 150 horas anuales de aula y de simulador de alcance total -una réplica exacta de la sala de control- donde nos entrenamos durante dos semanas).
No entendemos cómo se quiere cerrar una central que es segura, se encuentra dentro de las mejores que operan en el mundo y aporta una energía limpia, libre de emisiones, que no contribuye al cambio climático y es competitiva, pese a que tenga esos impuestos, que son elevados y en algunos casos están hasta duplicados
-¿Entiende la política energética del Gobierno para cargarse la nuclear, cuando es la segunda fuente de energía en este país y no emite CO2, no sólo con el calendario de cierre sino con cada vez más impuestos?
-No entendemos por qué hay una intención de cierre de las centrales y desde la plataforma es lo que indicamos. No entendemos cómo se quiere cerrar una central que es segura, se encuentra dentro de las mejores que operan en el mundo y aporta una energía limpia, libre de emisiones, que no contribuye al cambio climático y es competitiva, pese a que tenga esos impuestos, que son elevados y en algunos casos están hasta duplicados. Además, está sometida a todos los controles necesarios para seguir operando y hay centrales en EEUU que son gemelas y ya han extendido su vida útil a 60 años y a 80 años, como la de North Anna.
-¿Qué le llevó a formar parte de la plataforma ciudadana ‘Sí a Almaraz, Sí al futuro’?
-Surge porque soy natural del entorno de Almaraz, es mi comarca, donde me he criado y donde he desarrollado mi familia, y para la sociedad de esta zona de Extremadura sería un enorme problema que una central que genera 800 empleos directos y 3.000 si se suman los indirectos desaparezca en unos años y que toda esa población activa derivada de ese empleo en un entorno rural lo va a ver muy complicado a futuro.

-¿Qué les diría a las personas que aún desconfían de la nuclear?
-La energía nuclear evidentemente no es para desconfiar de ella, sino todo lo contrario. Es limpia, es segura porque se somete a unos controles rigurosísimos de seguridad por la propia industria, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) es el que nos establece las pautas de funcionamiento, y además organismos internacionales también nos indican prácticas de trabajo, nos auditan, vienen a hacer labores de mantenimiento y una serie de actividades para ver que esta industria es segura. Es decir, está controladísima. No hay lugar a errores ni a momentos en que se cuestione de alguna manera la seguridad de la instalación porque eso es impensable. Nosotros trabajamos para que eso no ocurra nunca. Y luego todas las características que he comentado de energía limpia, segura para el medio ambiente y libre de emisiones, que hoy en día es un tema que hay que tener muy en cuenta en la sociedad en la que vivimos en un proceso de descarbonización, de cero emisiones, de neutralidad climática, favorecemos todos esos procesos.
La energía nuclear evidentemente no es para desconfiar de ella, sino todo lo contrario. Es limpia, es segura porque se somete a unos controles rigurosísimos de seguridad por la propia industria, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y además organismos internacionales
-¿Podría detallar algo más el control del CSN?
-En toda la información hay una transparencia excesiva. Actualmente en la planta trabajan día a día con nosotros tres inspectores del CSN, entran a sala de control con normalidad, preguntan, ven labores de mantenimiento y otras actividades, asisten a las reuniones de coordinación que tenemos, van a todo y visitan todo. Tenemos el inspector en casa con nosotros todo el día, entonces es imposible que nos desviemos o que la gente piense que no hay control sobre este tipo de instalaciones.
-¿Dentro de la jornada se habla del calendario de cierre y afecta en el trabajo diario?
-Está presente y los trabajadores conocemos el calendario de cierre, pero a los profesionales del sector eso no nos debe desviar la atención ni afectar de ninguna manera. Lo dejamos aparte para los ratos de café, o cuando estamos fuera del horario laboral y nos encontramos por la calle, pues hablamos evidentemente de qué va a pasar cuando llegue el momento. A mí me paran mucho ahora por la calle al ser miembro de la plataforma. Y hablamos de continuar, de hacer actividades para poner de manifiesto que la continuidad de Almaraz tiene que ser una realidad.
En la planta trabajan día a día con nosotros tres inspectores del CSN. Tenemos el inspector en casa con nosotros todo el día, entonces es imposible que nos desviemos o que la gente piense que no hay control sobre este tipo de instalaciones

-Al hilo de la plataforma y de la manifestación del día 18, ¿esperaban tanto éxito y piensan que puede llevar a cambiar las cosas?
-Estamos muy satisfechos, llegamos al hito que teníamos de participación, un número elevado en una manifestación en un entorno rural. Vinieron de todas partes de España, compañeros de Madrid y de otras centrales nucleares, un montón de asociaciones empresariales y de comercio de Extremadura, políticos de toda índole, etc.. Nos sentimos muy arropados, pero tenemos que continuar. Y los medios estáis transmitiendo las opiniones de los actores principales que se tienen que poner de acuerdo en esto, que son por un lado Gobierno y por otro las empresas propietarias.
-¿Y tienen previsto alguna otra manifestación?
-De momento vamos a seguir contactando más allá del entorno. Desde Reyes nos han recibido con las puertas abiertas todas las asociaciones, colectivos y demás a los que hemos solicitado apoyo, y vamos a empezar otra ronda de contactos con muchos colectivos que nos dejamos pendientes.
En el Ministerio ahora mismo no se puede pedir la prórroga porque hay una orden ministerial de cese definitiva. Hay que modificar ese permiso para que sea provisional como venía siendo hasta esa fecha (23 de julio de 2020)
-¿Un deseo para este año?
-Si es posible que cuanto antes se tome la decisión de que Almaraz sea una realidad y que continúe operando muchos años. No se puede esperar al último día (noviembre 2027) por dos aspectos fundamentales: el primero es el de los contratos de compra de combustible de uranio para cargar el reactor que requieren un plazo de en torno a dos años; y el segundo, el personal que trabaja en la sala de control, por los años de formación media que requiere. Ahora la plantilla está dimensionada para llegar al 2027-2028, y en ese periodo se van a jubilar compañeros y no vamos a tener para reponer personal para trabajar en la sala de control. Va a ser complicado para nosotros y aparte en el ámbito legal, las empresas titulares de la instalación tienen que solicitar al Ministerio y al CSN la continuidad, pero en el Ministerio ahora mismo no se puede porque hay una orden ministerial de cese definitiva. Hay que modificar ese permiso para que sea provisional como venía siendo hasta esa fecha (23 de julio de 2020).