Una tragedia histórica asola Italia tras el desplome de un viaducto de Morandi en Génova. Se habla ya de 35 fallecidos, pero todo indica que la cifra será muy superior. El rescate se desarrolla con la mayor celeridad y no es para menos: más de un treintena de vehículos -también tres camiones- han caído al vacío.   

Se trata de una infraestructura con una longitud de 1,18 kilómetros y una altura de 90 metros, del que ha caído un tramo de unos 200 metros. Debajo hay una zona urbana, con viviendas, centros comerciales, naves industriales y un tramo de la red ferroviaria. Datos, todo ellos, que ayudan a ilustrar la tragedia.

La responsabilidad del mantenimiento del viaducto corresponde a Autostrade, una filial de Atlantia, según el ministro de Infraestructuras, Danilo Toninelli, que se ha desplomado más de un 5,5% en bolsa. El valor fue suspendido cuando cedía más de un 10%.

Debajo del viaducto hay una zona urbana, con viviendas, centros comerciales, naves industriales y un tramo de la red ferroviaria

La infraestructura fue construida en la década de los sesenta y había sido reformada en los últimos años. Sin embargo, no ha evitado la tragedia, debida, según la prensa italiana, a un fallo en la estructura.

La Comisión Europea aprobó el año pasado, precisamente, la ampliación de la autopista A10, la que cruza el viaducto, a la altura de Génova, con un presupuesto próximo a 4.200 millones de euros. Los trabajos dependen de Austostrade e incluye 61 kilómetros de nuevas autopistas y túneles.