• La nueva felonía de los hegdes funds puede precipitar la caída del primer banco alemán.
  • La fuga de esos fondos provoca otro desplome del valor, pero Commerzbank aún cae más.
  • Pero remonta y cierra al alza tras el rumor de un drástico recorte de la multa en EEUU.
  • El consenso en la banca europea es claro: o suben los tipos o llegará una tormenta perfecta.
  • Preocupa sobre todo la mala salud de la banca italiana, alemana y francesa.
  • Hay una diferencia con la banca americana, igual de capitalizada y con negocio creciente, lo que falta en la europea.
  • Y por cierto, Deutsche Bank España, como si jugara a hermano mayor, pincha en la compra venta de deuda (ROF).
Los problemas de Deutsche Bank han desplomado de nuevo al primer banco alemán (el valor ha llegado a caer un 8%, aunque ha terminado subiendo) y ha arrastrado al resto de los bancos europeos. El detonante ha sido la fuga de los hegdes funds. Eso fondos, esencialmente depredadores, median su lealtad  (exposición) con sus propios criterios, nunca leales. Lo demás les importa un bledo. El banco alemán ha terminado la sesión al alza, sin embargo, tras el rumor de que el banco podría haber llegado a un acuerdo con el Departamento de Justicia de EEUU para recortar a casi la mitad la multa de 12.500 millones de euros en EEUU, su última espada de Damocles. La última, no la única. ¿Es la puntilla para el banco germano? La entidad y los analistas intentan calmar a los inversores (no es para menos) en que la situación de Deutsche Bank no es comparable a la de Lehman Brothers, que quebró en 2008 por la crisis financiera que comenzó en 2007. En la gráfica de Bloomberg (en la imagen), pueden ver la evolución de Lehman en ese periodo y la de Deutsche Bank desde entonces. Es ahí donde está mirando también el sector, que tiene un veredicto para el momento. El consenso es muy claro: o suben los tipos de interés en Europa, en mínimos históricos del 0% o se acerca la tormenta perfecta. En otras palabras, estamos en vísperas de la segunda crisis bancaria. En el caso de concreto de Deutsche Bank, cuyas acciones han llegado a caer, por primera vez, por debajo de los 10 euros, de poco han servido las palabras de este viernes de su presidente ejecutivo, el británico John Cyran, pidiendo a sus empleados que mantengan la calma y resten importancia a lo que se está publicando. "Debemos considerar todo el panorama de Deutsche Bank, que tiene más de 20 millones de clientes", ha dicho Cyran, que intenta reconducir el grupo desde mediados de 2015, tras años de excesos en sus prácticas irregulares y multas… y pérdidas récord. Añadan a eso que el valor cae casi un 60% en lo que va de año y no pierdan de vista que la crisis la ha precipitado la multa de 12.500 millones de euros que le puede caer en EEUU por su responsabilidad en las subprime. Esa pesadilla ha despertado el rumor de un posible rescate, negado tanto por la entidad como por el Gobierno alemán. Otra cosa es que el mercado esté dispuesto a creer lo que es falso. Pero la delicada situación de Deutsche Bank ha activado este viernes el pánico en los mercados, precedidos por lo ocurrido en Wall Street y en las bolsas asiáticas., y se ha cebado especialmente con los bancos. El alemán Commerzbank, por ejemplo -también tiene problemas-, cae más todavía que el Deutsche Bank. El consenso en la banca europea ya lo hemos señalado: o suben los tipos de interés o el estornudo va a ser monumental. Las preocupaciones se centran en la banca italiana y alemana, pero también en la francesa, de la que se habla menos. Ya les informamos el martes 27 que sólo Unicredit necesita 16.000 millones de euros. La explicación de esta penosa situación no es otra que la política monetaria del BCE, empeñado en mantener los tipos en mínimos -el castigo a los márgenes bancarios lo ven en todas sus cuentas de resultados- y el mismo modelo de banco que Draghi quiere imponer, grandes y muy capitalizados (poniendo en peligro su rentabilidad). Draghi se justifica para mantener los tipos en la necesidad de reactivar la economía. Son las mismas razones de la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, que en breve subirá un cuartillo los tipos en EEUU. Oh cielos, y en ese debate llevamos un año. Pero hay una diferencia entre los bancos americanos y los europeos. Los dos están muy capitalizados- como manda el guión de Basilea-, pero mientras los de EEUU crecen porque hay negocio, los europeos naufragan por su ausencia. Tienen la prueba en el último episodio protagonizado por Wells Fargo, con una cuota de mercado en EEUU del 12%. Las autoridades le han pillado con el carrito del helado porque sus presiones sobre sus empleados provocó que crearan un puñado de cuentas falsas (así cumplían objetivos). Bien y pagará una multa por su falta de vigilancia de 185 millones. Pero el caso de Wells Fargo no irá a más y se quedará en una multa y el despido de 5.300 trabajadores. Wells Fargo no corre ningún peligro, ni Morgan Stanley, que tiene una cuota de mercado del 10%, ni Citigroup, con algo menos. La situación de la banca europea es muy distinta. Por eso se tambalean los grandes como Deutsche Bank. Nota a pie de pagina: Deutsche Bank España ha cosechado unos malos resultados durante el primer semestre del ejercicio 2016. La causa ha sido el ROF (Ganancias o pérdidas por activos y pasivos designados a valor razonable con cambios en resultados). Curioso, porque el negocio de banca doméstica que Deutsche hace en nuestro país marcha bien pero, al parecer, a alguien le ha dado por jugar a intermediación de deuda, que viste mucho, donde ha perdido 24,7 millones de euros. Rafael Esparza