El jueves 9, desde la tribuna del Congreso, la ministra comunista de Trabajo, Yolanda Díaz, volvió a amenazar a los empresarios que despidan a los trabajadores.

Al tiempo, convocaba a trabajadores y empresarios para que den el visto bueno (los sindicatos aplauden la medida) a una renta mínima garantizada, un salario mínimo vital. En plata: 450 euros al mes por no hacer nada.

Hasta la ministra portavoz y de Hacienda, María Jesús Montero, y la titular de Industria, Reyes Maroto, ambas del PSOE, tuvieron que recordarle a Pablo Iglesias que, además, la renta mínima ya existe, vehiculada a través de las CCAA y el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, añadió que la renta mínima, aunque formaba parte del programa socialista, no se estudiará en el próximo Consejo de Ministros,

Mejor sería, como ya dijimos en Hispanidad, el salario maternal que la renta única. Salario maternal es pagar un salario a una mujer nada menos que por criar y educar a un hijo, que cuesta mucho, y por aportar a la sociedad futuros contribuyentes.

En cualquier caso, si se cobra una renta única, y tal como ha tenido que hace el ministro de Agricultura, Luis Planas, para recoger las cosechas ante la ausencia de trabajadores extranjeros, lo lógico es obligar al cobrante a hacer algún trabajo por la comunidad.

Para un comunista el empresario es un sádico que disfruta despidiendo trabajadores

El hasta ahora silente Antonio Garamendi, presidente de la patronal CEOE, ha decidido responder al reto y anunciar que no acudirá a la reunión convocada por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

La nota que ha colmado el vaso de la paciencia de Garamendi ha sido la intervención de la ministra comunista en el Congreso, la tarde del jueves, donde volvió amenazar a los empresarios que se atrevan a despedir trabajadores. Oiga, ¿y si no tienen para pagar al trabajador? Eso no le importa a la ministra podemita. Todo un atentado contra la propiedad privada utilizando la excusa del coronavirus.

Como buena leninista, Yolanda Díaz ha decretado que no puede haber despidos, pero ahora, cuando el próximo lunes -aunque todavía no sabemos quiénes pueden trabajar y quiénes no, y estamos a viernes- se recupere la normalidad, el número de empleados perdidos podría ‘consolidarse’. Porque levantar un negocio paralizado por fuerza legal es casi más difícil que ponerlo en marcha. Sí, eso quiere decir que los 4 millones de empleos, perdidos en dos semanas, de los que se esperaba recuperar tres… podrían no ser tantos… si el Gobierno se empeña en prohibir la apertura de la actividad.

Pero la cuestión de fondo sigue siendo la misma. Para un comunista el empresario es un ser malvado que disfruta sádicamente, despidiendo trabajadores, cuando lo cierto es que el empresario contrasta cuando lo necesita y despide cuando deja de necesitarlos.

Pero Yolanda Díaz es comunista, de Podemos.

Mundos absurdos de PSOE y Podemos: se prohíbe despedir, por decreto.