A lo mejor la COPE no es sólo de su presidente, el muy laico 'cardenal' Fernando Giménez Barriocanal, pero en cualquier caso, el único candidato católico a la Presidencia del PP, el único, además, que supondría una renovación real del PP, está siendo ninguneado en la emisora de los obispos. Tras una petición expresa, de cierta autoridad, que le hizo Juan Pablo Colmenarejo, y en el programa de noche, La Linterna, fue el único que aceptó entrevistar al diputado del PP. A partir de ahí, ni mencionarle. Carlos Herrera, la estrella de más audiencia de la cadena, ni se ha dignado a llamarle, a pesar de las horas dedicadas a Soraya Sáenz de Santamaría -la amiga de la COPE- y a su lucha con Dolores de Cospedal.

Todo el mundo parece dispuesto a centrar la elección por la sucesión de Rajoy entre Soraya Sáenz de Santamaría y Dolores de Cospedal

Por supuesto, si en la emisora de los obispos no se le ha dado correa, no digamos nada en el resto de medios, tanto de derechas como de izquierdas. Todo el mundo, no sé a ciencia cierta con qué intención, parece dispuesto a centrar la elección por la sucesión de Rajoy entre Soraya Sáenz de Santamaría y Dolores de Cospedal, con Pablo Casado como tercero en discordia, aunque, al final termine colocado en alguna de las listas ganadoras. Menuda renovación: las dos manos derechas de Mariano Rajoy disputándose la primogenitura, ahora que ha muerto papá. Ambas, además, forman parte de la derecha tibia y enlodada del marianismo. Insisto: toda una renovación.

Margallo, una cabeza mucho mejor amueblada que la de Soraya o la de Cospedal, aunque bastante vanidoso, ha sido, también, ministro de Rajoy y cuenta con 73 años de edad. Y Pablo Casado es vicesecretario general del PP y hay una juez que ha preguntado por su aforamiento. En cualquier caso, ninguno de los cuatro modificaría un ápice los valores no negociables de Benedicto XVI en el seno del PP: derecho a la vida, familia natural, libertad de enseñanza y bien común.

 Ninguno de los cuatro modificaría un ápice los valores no negociables de Benedicto XVI

Pues tanto García Hernández, como José Luis Bayo, el que fuera presidente de Nuevas Generaciones de Valencia, no cuentan. Se trata de mantenerlos en el anonimato, no vaya a ser que puedan ganar.

Y el caso de Soraya Sáenz de Santamaría aún es peor que el de Cospedal: no tiene apoyos en Génova donde es cortésmente odiada. Sólo le apoyan los ex ministros del Gobierno: Álvaro Nadal, Fátima Báñez o Íñigo de la Serna. O sea, la renovación total.

Que ni la COPE apoye al único candidato católico, tiene su aquel.