Hace dos o tres años, con la crisis financiera europea aún sin resolver, más de un analista se preguntaba cuándo caería la desastrosa banca francesa. Pues finalmente no ha caído, pero no se alteren: la situación del sector en el país vecino tampoco es como para tirar cohetes. Lo vemos, por ejemplo, en los resultados de BNP Paribas publicados este miércoles.

Me dirán que los 3.960 millones de euros de beneficio han superado las previsiones y es cierto, pero no por eso vamos a decir que son unos buenos resultados. Al menos así parece entenderlo el mercado: a media sesión, la cotización del banco cae un 0,27%.

BNP Paribas explica que el impacto negativo del tipo de cambio y las condiciones de los mercados financieros han afectado a sus cuentas

La entidad que dirige Jean-Laurent Bonnafé argumenta que las cuentas de los seis primeros meses del ejercicio han estado marcadas por el impacto negativo del tipo de cambio y por las condiciones de los mercados financieros, “menos favorables para el negocio de banca corporativa y de inversión que en el segundo trimestre del año pasado”, señala el banco.

No pasa nada. Si la banca corporativa y de inversión no funcionan, echamos mano de los créditos al consumo -Cetelem es una de las firmas del grupo- y de los seguros de vida. Es lo que ha hecho la entidad durante la primera mitad del año y lo que le ha permitido superar las previsiones aunque, como hemos señalado ya, con una caída del beneficio del 7,7%. Vamos, que puede decirse que BNP lo hace bien cuando no hace banca.

La cifra de negocios ha sido un 1% inferior y el coste del riesgo, eso sí, ha descendido un 5,7%.  Los costes de explotación han repuntado un 2,9%, hasta los 15.628 millones, por el impacto excepcional derivado de la reestructuración y transformación de la entidad. En total, 486 millones de euros.