• La repatriación de beneficios abre el debate sobre el dumping social frente al dumping fiscal.
  • IBM también se sube al carro: anuncia el pago de un golpe de 5.000 millones, pero a un tipo de hasta el 15,5%, no del 35%.
  • Apple disimula con inversiones el retorno de ingentes ganancias aprovechando las ventajas tributarias.
  • Amazon, Microsoft, Facebook o Google harán lo mismo: dejar de tributar en otros países porque ahora les sale mejor EEUU.
  • No están en países como China o India por razones filantrópicas, sino para ganar más con sueldos más bajos.
  • Paradojas: Silicon Valley ha sido el punto más crítico con el American first de Trump y ahora saca ventaja.
La reforma fiscal de Trump no está provocando pérdidas en las grandes multinacionales americanas repartidas por el mundo, como se está informado, sino todo lo contrario: les está permitiendo aflorar de una vez el beneficio desviado durante años o convenientemente guardado en otros países, no porque los amaran más, sino porque pagaban menos impuestos. Lo ilustran casos como el de Apple, del que decíamos ayer que se ha aprovechado de esa reforma para repatriar beneficios, pagando de una vez 38.000 millones de dólares, o este viernes, el de IBM o American Express, que también informa hoy viernes de su primera pérdida trimestral en 26 años. IBM, en concreto, ha añadido al anuncio de los resultados en el cuarto trimestre, un pago único, por el mismo motivo que Apple, de 5.500 millones de dólares. Lo más destacable de esas cuentas, con todo, no es eso, sino que mejora sus ingresos por primera vez en 22 trimestres (cinco años y medio). No que haya perdido 1.050 millones por el pago fiscal. Lo que están poniendo en práctica todas esos colosos -la secuencia seguirá unos días, como lo han hecho, esta misma semana, grandes bancos americanos- es, lisamente, aprovecharse de la oportunidad de repatriar beneficio del exterior, pero no con una tasa del 35%, como hasta ahora, sino de entre el 8% (activos) y el 15,5% (capital en efectivo). En buena lógica, se aprovecharán de la nueva ganga, que no tiene nada de nuevo impuesto, como se está contando, de una fiscalidad más ventajosa. Es más, los anuncios de esos pagos dan una idea de cómo se han aprovechado hasta ahora los gigantes americanos para eludir impuestos en su país (por beneficios y dividendos), en aras de un trato fiscal más ventajoso. No sólo eso, han ido creando, en paralelo, estructuras empresariales en otros países, con fábricas propias o subcontratas, para ganar más con sueldos más bajos. Esa es la realidad, escasamente filantrópica, como quien dice, de que las grandes tecnológicas americanas, como Amazon, Microsoft, Google, Apple, Dell, Intel o IBM, que explica su gran presencia en países como India o China, con sueldos de miseria. No sólo tecnológicas, sino de otros sectores, como McDonald's o Coca Cola. Esa esa la razón por el que sería bastante más aconsejable que el debate en la opinión pública fuera otro, el del dumping social frente al dumping fiscal. Lo que está provocando el American first de Trump es precisamente eso: la vuelta de las grandes americanas para contribuyan en EEUU. Ojo, porque hablamos de sectores -además del tecnológico, también el del motor- que han tropezado ideológicamente con el presidente, cuando Trump ha querido meter en vereda a Silicon Valley -por sus políticas migratoria o proteccionista- y ahora se pliegan por ese por interés te quiero, Andrés. Otra cosa es como lo disfracen empresas como Apple, que ha utilizado el pago fiscal de una tacada para pagar mucho menos, empleando ese reclamo para decir que se toma muy en serio su apuesta por EEUU, donde invertirá 350.000 millones en cinco años y creará 20.000 empleos. Naranjas de China, nunca mejor dicho, si tenemos en cuenta que en ese país concentra mucho del 40% de sus activos en el  exterior, sobre todo de hardware, por los sueldos de miseria con los que trabajan los chinos. Rafael Esparza