Al filo del cierre de mercado, Ferrovial remitía un hecho relevante a la CNMV de gran relevancia en el contexto de la familia propietaria, aunque las cifras sean pequeñas, por ahora. El presidente de la compañía de infraestructuras y servicios, Rafael del Pino Calvo-Sotelo, se queda sólo, que es como le gusta estar, pues ya hasta Leopoldo, el más leal de sus hermanos (María, Joaquín y Fernando son los restantes), vende casi un 1% de su participación. 

En concreto, un 0,9% a través de Siemprelara SL, cuyo valor asciende a 182 millones de euros. Así, Leopoldo del Pino reduce su participación actual, que era del 5,03% del capital. Y es que el hermano más leal también se siente preterido (es decir, humillado), algo que se vio, por ejemplo, en la Junta de Accionistas celebrada el pasado abril, donde Rafael prefirió elegir a los dos ex consejeros delegados de Ferrovial -Santiago Bergareche y Joaquín Ayuso-. Quizá pueda ser el este el motivo, la gota que colmó el vaso, de que vaya abandonando el accionariado, de la misma manera que ha ido dejando la gestión. 

Rafael controla el 19,977% del capital, mucho más que tres de sus cuatro hermanos que siguen en Ferrovial: María (8%), Leopoldo (5%, que ahora bajará al 4,1%) y Joaquín (2,5%)

Este movimiento supone una nueva ruptura, con la idea que tenía el padre y fundador de la compañía, el fallecido Rafael del Pino y Moreno, quien pretendía involucrar a todos sus hijos en el negocio. Desde el año 2007, Fernando del Pino empezó su salida progresiva de la compañía (primero saliendo del Consejo) que acabó en 2014, cuando vendió su último paquete accionarial, alejándose del proceso de toma de decisiones. A esto se une que en 2015, los cinco hermanos anunciaron la rotura del pacto familiar sobre Ferrovial: Leopoldo fue, junto a María, el que permaneció al lado de Rafael, frente a los dos rebeldes, Fernando y Joaquín.

Actualmente, María preside la Fundación Rafael del Pino (en cuyo patronato también se sientan, entre otros: la matriarca; Rafael y el mayor de sus seis hijos, Rafael del Pino Fernández-Fontecha; y sus hermanos Leopoldo y Joaquín) y es consejera de Ferrovial, de la que posee un 8,018% a través de Menosmares SL. Por su parte, Joaquín también es consejero de la compañía de infraestructuras y servicios, de la que tiene un 2,53% mediante Soziancor SLU. Participaciones que se quedan pequeñas al lado de las de Rafael, que controla el 19,977% a través de Rijn Capital BV (de la que es dueño del 99,87%), siendo, por tanto, el primer accionista. 

Al final, el hijo primogénito del fundador de Ferrovial, Rafael del Pino Calvo-Sotelo, se ha hecho con el control total de la compañía familiar y a partir de aquí, la futura gestión será en línea descendente (hacia sus hijos -tiene tres varones y tres mujeres, y el primero ya se sienta en el patronato de la Fundación de la familia) y no en línea horizontal (hacia sus hermanos). Y debería empezarse a plantear la sucesión justo cuando la compañía necesita un cambio de modelo, habrá que ver qué es lo primero... 

Conclusión: Rafael del Pino Calvo-Sotelo cada vez manda más y cada vez es más accionista de referencia de Ferrovial.