El dato publicado este lunes por el Banco de España no es preocupante, pero el hecho de que la morosidad bancaria suba dos meses consecutivos no es positivo. Hablamos de una morosidad que cerró febrero en el 3,62%, la tasa más elevada desde noviembre de 2022, frente al 3,61% de enero. Doce meses atrás, la morosidad era del 3,55%.

La clave estuvo, tanto en el aumento de los préstamos dudosos, subieron en 144 millones de euros, hasta los 42.248 millones, como en la disminución de la cartera crediticia, que cerró el mes en los 1,166 billones de euros, frente a los 1,167 billones de enero.

Algo más elevada fue la morosidad de las financieras de consumo, siguiendo la norma habitual, que alcanzó el 6,59% frente al 6,53% del mes anterior y el 6,04% de febrero de 2023. La clave, en este caso, estuvo en la caída del 1,65% estos préstamos, hasta los 42.742 millones, mientras el saldo de morosos se mantuvo casi estable y sólo bajó en 24 millones, hasta los 2.816 millones.

En definitiva, la morosidad bancaria se mantiene en niveles habituales, pero habrá que estar atentos a cómo evoluciona. Si en marzo vuelve a subir, ya serán tres meses al alza y podría ser la confirmación de lo que el Banco de España ha estado alertando desde que el BCE comenzara a subir los tipos de interés: el aumento de los impagados.