Son las cuatro grandes tecnológicas, el mayor poder de Estados Unidos en la mundo: Google, Amazon, Facebook y Apple (GAFA). Todas ellas ideologizadas, sectarizadas, y alineadas con los presupuestos de la religión emergente, el Nuevo Orden Mundial (NOM): relativismo, feminismo, homosexualismo, animalismo, ecologismo, pacifismo (¡ay que risa!) pero dentro del capitalismo, que el comunismo ya ha pasado de moda hasta para los comunistas.

Por eso, sus directivos y propietarios son demócratas, pero eso no es óbice para que Donald Trump se haya convertido en su gran defensor ante el resto del mundo, hasta el punto de detener a la hija del fundador de Huawey que había puesto en solfa el poderío norteamericano.

El método es el de siempre: convertir el impuesto de sociedades en IVA

Además, de progre-capitalistas sucede que los cuatro GAFA tienen mucha cara. No pagan al fisco, su tendencia al monopolio salvaje, que les convierte en depredadores de todo competidor, ha creado el nivel de las dos plantillas, los bien pagados y los explotados, realizan contratos basura, especialmente fuera de los Estados Unidos, y en el caso de Apple y, sobre todo, Amazón, se dedican a fagocitar a sus proveedores.

Mejor sería que evitaran todo lo que conlleva el monopolio, pero no nos engañemos: a los políticos sólo les interesa la pasta, su pasta, los impuestos que pagamos los ciudadanos y también la empresas.

Y así, en Chantilly, los ministros de Finanzas de G-7 (G7 (Francia, Italia, Alemania, Japón, Reino Unido, Canadá y Estados Unidos) han decidido seguir el consejo que daría David Cameron (alguna cosa buena hizo, aunque no muchas) de conseguir que los cuatro GAFA paguen impuestos a través de la conversión del impuesto de sociedades en IVA. A ver, Jeff Bezos, hombre más rico del mundo, ya no vas a pagar por el beneficio que no declaras porque tienes la sede en Holanda (si, también en Holanda, que es un semi-paraíso fiscal) sino por el 3% de tus ingresos, es decir, como si se tratara de IVA. Tanto gastas, en este caso tanto vendes, tanto pagas.

Son las cuatro empresas favoritas del Nuevo Orden Mundial (NOM), fiel espejo del pensamiento único: el progre-capitalismo

Hasta lograron convencer al sinuoso secretario del Tesoro norteamericano, Steven Mnuchin, de que acepte, al menos hablar del nuevo impuesto.

Desde que se inventaron los paraísos fiscales, el impuesto más importante, el más relevante, el impuesto al consumo, el IVA y, convenientemente regulado, es el más justo de todos. Otra cosa es que sea difícil de controlar. Pero los gravámenes deben ser justos o injustos por sí mismos, independientemente de su capacidad recaudatoria.

En cualquier caso, el verdadero problema de las tecnológicas no es que evadan al fisco sino que constituyen el pilar del Nuevo Orden Mundial (NOM) y, encima, en situación de monopolio. Lo que significa un liberticidio individual… y encima a escala global.

Y ya saben que el NOM sólo tiene un enemigo: el cristianismo.