• Es más, considera que un tercio no son viables con las actuales rentabilidades.
  • Por geografías, los japoneses y los europeos se llevan la peor parte.
  • Qué casualidad, justo las zonas con los tipos de interés más bajos.
  • Y todo esto contradice el primer postulado de la banca actual: para sobrevivir, las entidades tienen que ser muy grandes.
  • Y esto lo dice cuando se cumplen diez años del estallido de la crisis bancaria.
Mucho cuidado porque podríamos estar ante una nueva crisis bancaria mundial. El último 'Informe de Estabilidad Financiera Global' del FMI, alertó de que un tercio de los bancos sistémicos podrían generar rentabilidades "insostenibles" hasta, incluso, el año 2019. Una situación preocupante, por cuanto estamos hablando de entidades que, en su conjunto, suman alrededor de 14 billones de euros en activos (los 30 bancos sistémicos mundiales, entre los que está el Santander, reúnen casi 40 billones de euros en activos). El asunto es serio. Lo admite el propio organismo que dirige Christine Lagarde (en la imagen): "Dado que los problemas en tan solo un banco de importancia sistémica mundial podrían generar tensiones en todo el sistema, las medidas de supervisión deben seguir centrándose en los riesgos de los modelos de negocio y en la rentabilidad sostenible", recomienda. Por geografías, los grandes bancos japoneses y europeos son los que se llevan la peor parte. Entre los primeros, Mitsubishi UFJ Financial Group (MUFG), Mizuho Financial Group (MFG) y Sumitomo Mitsui Financial Group (SMFG). De los europeos, ojo con el Deutsche Bank, con el Barclays, con Unicredit, con Groupe BPCE y con Standard Chartered, con sede en Londres pero con actividad en Asia, África y Oriente Medio. El FMI también ha señalado al estadounidense Citigroup. Qué casualidad que sean los japoneses y los europeos los peor parados. Justo las zonas con los tipos de interés más bajos. Oiga, a lo mejor la solución a la baja rentabilidad de esas entidades -y de otras muchas que no son sistémicas- consiste en subir los tipos. En cualquier caso, todo esto contradice el primer postulado de la banca actual: para sobrevivir, las entidades tienen que ser muy grandes. Ya se ve que no. Y esto lo dice el FMI cuando se cumplen diez años del estallido de la crisis bancaria mundial. No vayamos a caer en otra igual o peor. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com