Al BBVA le sobra el 30% de los más de 7.000 trabajadores que tiene en Cataluña, esto es, unos 2.100 empleados, según fuentes del banco consultadas por Hispanidad. Es uno de los problemas más inmediatos que le deja en herencia Francisco González a Carlos Torres Vila, que asumirá la Presidencia en enero de 2019. Y no es un asunto menor. Estamos hablando de una plantilla que afrontó el ERE de Unnim (cerrado en 2014) que afectó a 1.218 empleados, y el más reciente de Catalunya Caixa (2016) que supuso la salida de 1.557 trabajadores.

La situación tiene, además, un agravante: los acuerdos firmados en 2012 con los trabajadores de Unnim, que les garantizaba el puesto de trabajo a cambio de trasladarse a otras regiones, vencen ahora y muchos de esos empleados están solicitando el regreso a Cataluña. Pero, ¿cómo van a volver si sobra el 30% de los que hay actualmente?

La solución, o parte de ella, podría estar en el traslado a otras geografías

La solución, o parte de ella, podría estar en el traslado a otras geografías como, por ejemplo, a Baleares o a determinadas zonas de las dos Castillas, donde el banco tiene la intención de aumentar su presencia. El problema, sin embargo, es que hay muy pocos trabajadores dispuestos a mudarse a esas zonas.

Pero tranquilos, porque a pesar de todo el BBVA no contempla ningún ERE adicional a los ya realizados. Su política, como la del resto de los grandes bancos, consiste en llevar a cabo un ajuste natural de oficinas y empleados, es decir, reducir capacidad poco a poco y de manera continuada. El único supuesto en el que el BBVA se plantearía un ERE sería tras la compra de un banco. Y solo afectaría a la entidad adquirida.

Mientras, FG a lo suyo, esto es, la digitalización. "Los datos definirán el futuro del mundo", ha señalado este miércoles en el foro de emprendedores BBVA Open Summit.