• De hecho, su plan, que chocaría con la frontal oposición del Gobierno Rajoy, es que Rodrigo Echenique se convierta en el número uno del Santander en España.
  • Consejeros y ejecutivos también se oponen, con lo que Ana Botín podría verse obligada a nuevos cambios.
  • El abrazo del oso: tras la ampliación de capital, la influencia de los fondos anglosajones es muy superior a la que tenían con Emilio Botín.
  • Ana Patricia pretende que el Santander evolucione hacia la banca de inversión, algo que nunca hubiera aceptado Emilio Botín.
  • Y otro proyecto en estudio: modificar la imagen corporativa del Santander. ¿De rojo a verde? Que para algo el banco se está divorciando de Ferrari a medio plazo.

De entrada, no es un hecho, porque la decisión no es firme. Al menos eso argumentan en el propio Consejo del Santander, aunque es cierto que trasladar la sede corporativa del Santander a Londres implicaría una remodelación del Consejo de Administración y a los viejos vocales de Emilio Botín no les hace mucha gracia. Una remodelación a la que, por otra parte, está llamado el Santander desde que los fondos, y entre ellos fondos buitre, como recuerda hoy el diario Expansión, hayan entrado en la ampliación de capital y tendrán más peso en la gestión.

Por partes: lo que pretende Ana Botín, que está modificando el modelo de su padre, Emilio Botín, es trasladar la sede social del Santander a Londres, donde Ana Botín viaja al menos una vez por semana y donde se ha convertido, después de tres años en la capital británica, en un personaje relevante en el sistema financiero y político británico.

Naturalmente, una medida de esa calibre -expatriar al primer banco español- chocaría con la oposición frontal del Gobierno español (de cualquier gobierno). Además, también chocaría con los intereses del equipo ejecutivo y del ya citado Consejo.

El plan de Ana Botín implicaría además, una merma de ingresos fiscales para España. Ella recuerda que el negocio español representa un 15% del total del banco y, además, dejaría a Rodrigo Echenique al frente del Santander España. Para Cantabria, quedaría la obra social que el banco realiza en su sede original.

No sólo eso, la entrada de los fondos, que ahora tutelara la gestión como conlleva la deriva del Santander hacia un banco de inversión. Algo que su padre, Emilio Botín, jamás hubiera aceptado, pero su sucesora está convencida de que la banca doméstica tiene poco futuro y que en cualquier caso, allá donde se desarrolle tendrá que contar con el padrinazgo de la banca de inversión… ligeramente situada por encima.

Ana Botín está cambiando el modelo de su padre mucho más rápido de lo que aseguró en un principio. Es más, también valora cambiar la imagen corporativa de la entidad. Está en un estudio e incluso se ha barajado el cambio de color de marca, del rojo al verde. Coincide, quizás no por casualidad, aunque mis fuentes no se atreven a afirmarlo, con la preparada ruptura con Ferrari, un divorcio en el tiempo.

La revolución Ana Botín choca con muchos intereses y probablemente con el interés de España. Es un planteamiento que se realizará… cuando pueda hacerlo. Desde luego, ella parece muy decidida. En el Consejo, donde ya ha habido cambios importantes y una cierta britanización, los más críticos hablan de que Ana Botín está "matando al padre". No se trata de eso. Se trata de que los banqueros no hacen lo que quieren hacer sino lo que saben hacer. Y Ana Botín se considera cada día más anglosajona y cada día más una gestora de bancos de inversión.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com