La sucesora designada por Angela Merkel, Annegret Kramp-Karrenbauer, decidió renunciar a la candidatura a canciller de Alemania y va a abandonar la presidencia de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) tras la grave crisis desatada por la alianza de su partido con el el movimiento derechista Alternativa para Alemania (AfD) en la región de Turingia, informa Swissinfo.

Annegret Kramp-Karrenbauer comunicó a la dirección del partido reunida en la mañana del lunes que "no tiene el objetivo de ser candidata a la cancillería alemana", justificando su decisión en la tentación de un sector del partido de aliarse con el movimiento de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD).

Kramp-Karrenbauer explicó que "una parte de la CDU tiene una relación poco clara con la AfD" pero también con el partido de izquierda radical Die Linke (La Izquierda), y que ella rechaza cualquier alianza con ambas formaciones, dijo a la AFP una fuente cercana al partido.

La presidenta de la CDU, llamada por sus iniciales AKK, agregó que "no tiene el objetivo de ser candidata a la cancillería alemana"

En la medida en que considera que la candidatura a la cancillería implica la presidencia del partido, AKK anunció que en los próximos meses va a renunciar a dirigir la CDU.

"AKK va a organizar en el verano el proceso de selección de la candidatura a la cancillería" para suceder a Angela Merkel a más tardar a fines del 2021, indicó la fuente. "Va a seguir preparando al partido para enfrentar el futuro y luego abandonar la presidencia", agregó la fuente. En cambio, Kramp-Karrenbauer va a seguir al frente del ministerio de Defensa, se indicó.

AKK fue elegida presidenta de la CDU en diciembre de 2018 en reemplazo de Merkel, quien había decidido renunciar a dirigir el partido debido a su creciente impopularidad tras una serie de derrotas electorales y el ascenso electoral de la extrema derecha.

Sin embargo, AKK nunca logró imponer su autoridad y fue muy criticada por la alianza sorpresiva entre la CDU y la AfD para elegir un dirigente liberal a la presidencia de Turingia e impedir de esa forma la reelección del presidente de izquierda.

A AKK se le recrimina su incapacidad para imponer una línea en el partido, dividido entre adversarios y partidarios de una cooperación con la AfD, sobre todo en los estados del este que pertenecían a Alemania comunista, y donde la extrema derecha es muy potente y complica la formación de mayorías regionales.