Sr. Director: Hay tantos silencios como los lados de un diamante bien tallado: al escuchar una obra sinfónica, una película, una función religiosa…; los silencios ante una llanura interminable, o el silencio a la orilla del mar solo roto por el murmullo de unas sumisas olas…, el silencio en un hogar cuando -dormidos los niños- se abre un espacio mágico para la confidencia entre marido y mujer. Hay otros silencios -negativos- como las ausencias en las urnas; el silencio del poder público mundial ante los continuos ataques que sufren los cristianos. Pero el peor de los silencios es el del ciudadano normal, que no está conforme con lo que sucede, pero es incapaz de denunciarlo. De Martin Luther King: "Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos". Amparo Tos Boix