Sr. Director:

En su artículo de ABC del pasado 25 de julio, «Santiago y abre España», Francisco Robles realizaba un justificado reconocimiento del valor del humanismo cristiano en política; humanismo que relacionaba con el nuevo presidente del PP: «Santiago es la llave que abre España a ese humanismo cristiano que reivindica Pablo Casado...». 

Pero cuando Robles señalaba acertadamente como uno de los efectos de este humanismo la defensa de la libertad o la vida, añadiendo que «el humanismo cristiano defiende a quien todavía no ha nacido», se producía una incoherencia con lo que en este tema defiende Casado. Pues Casado se pronuncia por recuperar la ley felipista del coladero de los cien mil abortos anuales en España, porque dice que fue fruto del consenso.

Y justificar la muerte de cien mil seres humanos al año tan sólo porque fuera fruto del consenso (que en verdad no lo fue), dudo mucho de que pueda calificarse de humanista, y menos aún de cristiano.