Que Pedro Sánchez llegue a La Moncloa significa que la democracia española es grande: cualquiera puede ser presidente. Significa, también, que entramos en una nueva era de cainismo. Es otro ZP, que nos devolvió al guerracivilismo de la Transición.

En cualquier caso, que un indocumentado sin oficio ni beneficio llegue a La Moncloa con 84 diputados sólo pude ser gracias a eso: al guerracivilismo latente en el que nos movemos. Que no será guerra de trincheras, sino guerra de todos contra todos y de todos contra el enemigo común: el cristianismo coherente.

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