Los separatistas catalanes y vascos presumen de pacifismo. Pero la verdad es que no hay nada que produzca más violencia que el pacifismo, sobre todo cuando este se entiende como... tocar las narices. Por tres razones:

  1. La única violencia que existe no es la violencia física.
  2. Porque no hay paz sin justicia, ni justicia sin perdón.
  3. El pacifismo no puede ser una coartada para la impunidad ni para salirse siempre con la suya bajo la premisa de que si otro me propone algo que no me gusta, o que me obliga a ceder, lo está haciendo de forma represora.

Los abertzales presumen de su nuevo pacifismo, pero no se engañen: no se arrepienten de su violencia asesina y no hay paz sin justicia, ni justicia sin perdón... y de poco sirve el perdón de la víctima si no hay arrepentimiento del verdugo.