Sr. Director:
China se enfrenta a serios desafíos, como las desigualdades o el envejecimiento de la población, con importantes repercusiones para el resto del mundo.

Hasta ahora, el Partido ha podido presentarse como cierta garantía de estabilidad, y esto es lo que podría cambiar.

Desde el exterior, no tiene sentido ahora una descalificación frontal del liderazgo chino, pero sí más exigencia en materia de derechos humanos. No se entiende, por ejemplo, que se organice una campaña internacional contra Rusia, por el juicio contra un grupo punk, que profanó la catedral ortodoxa de Moscú, como protesta política, mientras se calla ante la continua desaparición de obispos y sacerdotes en China.

Claro que, en plena dictadura soviética, tampoco eran frecuentes ese tipo de condenas en Occidente.

Suso do Madrid