• No era Pedro Sánchez ni Pablo Iglesias, sus favoritos.
  • Diez meses de interregno… y el prestigio de Felipe VI sigue en búsqueda y captura.
  • Pero Jaime Alfonsín insiste: ante todo no arriesgar.
La reina Sofía, que también era consorte, asistía junto a Juan Carlos I a la toma de posesión más importante. A fin de cuentas era la primera dama del país. Doña Letizia (en la imagen), no. Mariano Rajoy no le gusta, porque su Majestad la Reina es muy progresista, así que dio plantón a Rajoy en su jura como presidente del Gobierno. No era ni Pedro Sánchez ni Pablo Iglesias, sus favoritos, así que perfecto, se marchó a una reunión sobre el cáncer, donde animó a investigar cada día más, porque la filantropía de doña Letizia es tan progresista que une la beneficencia con la ciencia. Y en consecuencia, un nuevo feo y otro brote más de tensión entre Moncloa y Zarzuela. Y no en el mejor momento. Diez meses de interregno no han servido para relanzar el prestigio de Felipe VI sino todo lo contrario. En ese periodo de interregno es cuando el jefe del Estado debería haber movido pieza y debería haberse multiplicado en pro del acuerdo. No ha movido un dedo, siguiendo la técnica del jefe de la Casa Real, Jaime Alfonsín, para quien el mejor modelo es no arriesgar más. En efecto, es probable que sin arriesgar nunca sea cogido en un renuncio pero tampoco pasará el Rubicón. Eso sí, su esposa le ayuda mucho. Eulogio López eulogio@hispanidad.com