Sr. Director: Cuando colegios, instituciones y televisiones ocultan el origen de la Navidad no están protegiendo la sensibilidad de nadie, que quede claro. Sólo a ateos radicales y musulmanes radicales puede molestarles la religión, la historia y la cultura de los demás. Censurar el nacimiento de Jesucristo es justificar la radicalidad. Y promocionar la estupidez. Alberto Asensi