Sr. Director:  

Daniel Ortega comenzó su presidencia a mediados de los años 80 del pasado siglo. Entonces el sandinismo todavía tenía la vitola de ser un gran movimiento de liberación nacional que venía a mejorar la vida de los oprimidos de Nicaragua. Pero los sueños de liberación se han transformado en una pesadilla. El sandinismo, después de que muchos de los movimientos y gobiernos de inspiración marxista hayan fracasado en la región, pervive haciendo daño.

Como en otros países de Hispanoamérica, es necesario que la riqueza esté distribuida de forma más justa, pero todo ello habrá que hacerlo respetando libertades y derechos fundamentales. Nicaragua tiene pendiente la recuperación de una democracia que se ha quedado muy lejos. Mientras haya muertos en la calle será difícil la recuperación.