En el mundo okupa cada día econtramos un caso que nos sorprende. En Hispanidad hemos conocido desde el okupa que denuncia a los dueños de la vivienda porque quiere que le dejen "vivir tranquilo", hasta el que reforma y amplía la casa que tiene okupada: pasa de 98 metros cuadrados a 250... y el Ayuntamiento multa al propietario por hacerlo sin licencia. Otros caso llamativo, es, por ejemplo, el de la okupa que ha conseguido suspender su juicio por okupación... por una operación estética de pecho.

A lo que debemos sumar que la violencia okupa se dispara día tras día. En Hispanidad contamos el caso de Miguel Ángel, que sufrió una paliza a manos de su vecino de rellano, un okupa que lleva viviendo ilegalmente en el piso desde hace tres años. Además informamos de cómo un okupa es el supuesto responsable de la muerte del dueño de la propiedad que okupa, al que mató porque le pidió que se marchara de la vivienda. Y conocimos el caso de Cristina y su familia, su okupa -y ex suegra- incendió la casa de la propietaria con ella y sus hijas dentro: "Os quiero ver arder vivas".

En este ciclo de violencia y caradura, los vecinos de Leganés se han cansado y han decido contratar seguridad para el edificio y cortarles la luz a los okupas. La situación es insostenible según cuentan los vecinos de la urbanización madrileña Soho. 

No se sienten seguros: "De aquí a unos seis meses o así esto se ha convertido en un negocio donde realmente están vendiendo llaves hasta 1.500 y 2.000 euros a gente da verdaderamente miedo".

Aseguran que las peleas son constantes: "Ha habido redadas por gente que está vendiendo droga, hace poco hubo una pelea bastante grande". 

Pero, como hemos dicho más arriba, la caradura okupa no conoce límites, y aquí la versión de los okupas:

"De repente, todos los okupas empezamos a salir al pasillo porque nos habían cortado la luz y aquí hay familias con niños pequeños, con bebés", declara una de ellos, que según asegura, la situación empeoró, no hace seis meses como dicen los vecinos, sino hace tres semanas cuando llegaron "varios chicos jóvenes de origen marroquí" que "la están liando. Problemas con machetes por lo visto incluso ha habido y otro personajillo, por llamarlo de alguna manera, se dedica a entrar en las casas donde hay gente".

Y ojo, que la cosa no acaba ahí, porque la okupa entiende a los vecinos, pero lo de cortarles la luz, por ahí no pasa: "Yo entiendo que los vecinos ese tipo de situaciones no las quieran. Es que yo, que soy okupa, no lo quiero, pero no pueden cortarnos la luz los vecinos después de una reunión y bajar todos juntos en pandilla, como si fuera esto la edad medieval cazando brujas".