Me ha hecho ilusión la viñeta aparecida en el diario El Mundo, el pasado domingo 7, con este mensaje: "ChatGPT, parasitismo. Cuando un organismo se beneficia del otro"... que no es mala descripción de un organismo parásito. Porque esta es la palabra clave de lo que está ocurriendo: parasitismo.

Y me ha hecho 'ilu' porque el primer caso de parasitismo y, me temo que de fagocitación, de la inteligencia artificial, (IA), su primera víctima, ha sido la prensa libre, a costa, no de ChatGPT sino de Gemini, la inteligencia artificial de Google

No sublimemos la IA, que tiene poco de sublime. En esencia, la IA no es nada nuevo como no lo es la energía atómica, pero la IA es algo que otorga mucho poder, como la bomba atómica, fue una consecuencia indeseada del estupendo invento de la fisión del átomo... y también otorga poder porque genera terror. Sí, la mejor definición de poder sigue siendo la capacidad para infligir daño.

No la sublimemos pero tampoco la despreciemos. Porque la IA no es más que un programa informático más complejo, pero, ojo, puede ser muy peligroso en malas manos... humanas. Le hemos dado más poder a la calculadora, a la máquina, y una vez que le hemos enseñado a la calculadora a realizar operaciones más complejas, a  multiplicar su poder... algún hombre la utilizará para atentar contra otro hombre o contra muchos hombres.

El ejemplo más cercano, digo, lo tenemos en el daño, espero que no irreparable, que la IA está haciendo a la prensa libre. Hablo del resumencito que Gemini, la IA de Google, aplica ahora en el buscador Chrome, el que emplea todo el mundo. Con ese resumencito, la gente ya no entra en cada periódico o página web. Le basta con el resumencito de IA de Google. El número de lectores ha caído en picado. Puede ser, creo no exagerar, el fin de la prensa libre. Google no hace noticias, copia las de los demás. Antes remitía a quien sí las hace, con el resumencito ni eso. Parasitismo en estado puro.

Parasitismo: de las noticias que publica la prensa (Google no hace noticias), de los anuncios de la propia prensa, que le ha privado a la prensa de su primera fuente de ingresos. En resumen, un parásito que está destruyendo a la prensa valiéndose de la prensa.

La primera víctima de la inteligencia artificial ha sido la prensa. Pero a pocos parece importarle.