Bruselas, por fin, se ha atrevido a multar al monopolio Google con 2.950 millones de euros a Google por favorecer su propia publicidad respecto a la de la prensa. ¿Favorecer? Hombre eso es un eufemismo insultante: lo que ha hecho Google es arrebatarle a la prensa el 80% de su publicidad a cambio de migajas, publicidad que acompaña a unas noticias... que también Google le ha arrebatado a la prensa. 

El buscador de Serguei Brin y Larry Page, dos personajes tan silentes como peligrosos, se está cargando a la prensa libre en todo el mundo donde existe prensa libre, es decir, en Occidente. 

La puntilla está siendo Gemini, su programa de inteligencia artificial que "resume" lo que informa la prensa sin citar a la prensa. El número de lectores de medios está en caída libre por culpa de los resumencitos de Gemini.

Como ya hemos renunciado en Hispanidad, Google no es más que un parásito, ladrón y encima, censor de la prensa, de la que retira o envía a la pantalla séptima, que nadie ve, cualquier información políticamente incorrecta.

A mí me parece poco ésta multa. Lo que tenía que hacer, insisto, Bruselas es prohibir Google en toda Europa y buscar alternativas al buscador... que las hay. Y si puede ser una alternativa europea, mejor, Y si puede ser española, o en español, mejor que mejor. 

O eso -pero esto tiene que correr de parte de la autoridades norteamericanas- o trocear el buscador.

Esta puerta, también la semana pasada, ha sido cerrada por los jueces norteamericanos. Al parecer, los estadounidenses se han olvidado de lo que hicieron con la Standard Oil y la ATT, ésta última troceada en 9 'bells'. O lo que hicieron más recientemente al imponer la norma de que, en TV, la información era incompatible con la información y los canales de alcance nacional con varias licencias de carácter local.  

Y la Casa Blanca amenaza a Europa. Donald, campeón: ¿no te das cuenta de que Google representa el pensamiento único, que pretende imponer el Nuevo Orden Mundial (NOM), ese del que tanto te quejas y que tanto te odia? 

Europa está abocada a prohibir Google en la Unión y a crear un buscador propio o imponer otro hasta que pueda enfrentarse a Google.

Lo que me sorprende es que Donald Trump salga en defensa de Google y amenace con represalias a Europa. En primer lugar, a las represalias siempre hay que responder con firmeza, mucha firmeza... con otras represalias. 

En segundo lugar. Donald, campeón: ¿no te das cuenta de que Google representa el pensamiento único que pretende imponer el Nuevo Orden Mundial (NOM) del que tanto te quejas y que tanto te odia? El que sean una empresa norteamericana no significa que no sea una empresa peligrosa, muy peligrosa, para los Estados Unidos y para el resto del mundo. Y en cualquier caso, es un asqueroso monopolio progre. 

Insisto: Bruselas no sólo sí ha sido justa sino que se ha quedado corta: si no puede trocear Google debe prohibir Google en Europa. Y no, no pasará nada. 

Además, la medida no es difícil de administrar, China es la prueba: lo prohibió hasta que Google no admitió la censura del Gobierno chino. Europa no lo haría en nombre de la censura comunista sino en nombre de la libertad... y para salvar a los medios informativos, algo más importante para la libertad que los gobiernos, medios que, para sobrevivir, necesitan librarse de las garras de Google.