Decíamos en Hispanidad que en EE.UU. se enseñaba a niños menores de 10 años a través de libros con imágenes sexuales de adolescentes masturbándose, parejas de lesbianas, gays y heterosexuales en posturas de sexo explícito...

Vivimos en plena perversión de menores: otro de los libros encontrados en las escuelas de Florida es “Gender Queer”, que muestra, entre sus contenidos, dibujos de dos varones practicando la felación.

Pues bien, vemos en este vídeo la indignación de un padre que lleva parte de esos contenidos ante una Junta Escolar, uno de cuyos miembros le pide que pare de leer en voz alta esos contenidos, por ejemplo: "el clítoris se pone duro (...) y el pene se pone erecto, rígido y más grande" y el hombre le responde: si no quieres escucharlo en una reunión de la Junta Escolar, ¿por qué los niños deben estudiarlo en sus escuelas? En su intervención, el padre denuncia además: "Tenemos pervertidos que están pervirtiendo a nuestros hijos".

Y esto no ocurre solamente en EE.UU. en España compartíamos en Hispanidad el vídeo de un padre que denunciaba la educación sexual en el colegio de sus hijos: a las niñas se les enseña "a frotarse las vaginas para darse placer" y a los niños a "meterse un dedo en el ano y frotarse la próstata".

Todo ello mientras la ministra de Igualdad, Irene Montero, defiende, una y otra vez, que «La educación sexual es un derecho para todos los niños, niñas y niñes aunque sus padres no quieran que lo tengan». Pues ya lo ve, señora Montero, en EE.UU. y en España hay padres que no quieren esa tan proclamada educación sexual para sus hijos.