Sr. Director:
Hace unas semanas leía en el Semanario Alba un reportaje que escribe Luis Losada Pescador, sobre la vocación de su sobrina Alicia Losada, una chica joven, guapa, estudiante de enfermería y que el Señor la ha llamado a ser monja de las Hijas de Santa María del Corazón de Jesús.

No ha sido una decisión de hoy para mañana. En el año 2007 en una visita con la diócesis de Madrid a Roma escuchó el ¡No tengáis miedo! de Juan Pablo II. ¿A qué voy a tener miedo si todo me va bien?, se dijo Alicia. Pero en realidad sí que tenía un cierto miedo según relata ella misma y era tratarle en la oración y que me pidiera algo que no quisiera darle.

Después de algunas contrariedades y experiencias en su vida, ha visto claro que su camino es renunciar a todo lo que le sonríe y enfrentarse a la pobreza dice que eso no le preocupa. En todo caso, ¿esto es un noviazgo o es un matrimonio; o sea, es definitivo? Sí, es un noviazgo; si veo que no es lo mío, rectifico y busco mi camino, aunque creo que no me he equivocado.

Alicia es la mayor y la única chica de la familia, comenta que por eso quería hacerlo bien, buscar el momento, yo siempre le pedía a Dios que me diera hermanas y sólo he tenido hermanos; ahora resulta que voy a tener 160 hermanas. Es cierto que Dios siempre escucha y responde, sólo que hay que estar con el oído y el corazón muy atentos para escucharle, como le ha ocurrido a Alicia. Los planes divinos, forjados desde la eternidad para nosotros, son los más bellos que nunca pudimos imaginar, aunque alguna vez nos desconcierten.

Elena Baeza