Considera que el actual nivel de inflación es "coyuntural" y pide que se liguen los salarios a la inflación futura

Dado que la inflación en noviembre, del 4,1%, es un "mal dato sin paliativos", el vicepresidente Solbes ha pedido a los agentes sociales que los salarios se fijen en función de la inflación futura, no de la pasada. ¿A que está bien? Y la pérdida de poder adquisitivo te la llevas. Por aquello de tratarse de una subida "coyuntural", como señala el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordoñez (MAFO).

Porque MAFO también se abona a la filosofía de la moderación salarial. Dice temer por los efectos de segunda ronda, es decir, por el riesgo de que las subidas salariales generen una espiral de subidas de precios que vuelvan a generar subidas salariales. MAFO cree que en el medio plazo la inflación está asegurada en el 2% y que por lo tanto, esta debería ser la tasa a tener en cuenta en la revisión salarial.

El discurso del gobernador es planteado como excepcional dada la actual coyuntura de PIB en caída del crecimiento y subida de la inflación. Unas circunstancias que -señala MAFO- "hacen muy difícil la política económica". Pero conviene recordar que el año pasado, sin que estuviéramos inmersos en ‘subprime' alguna, su discurso fue exactamente el mismo: abaratar el despido y desligar el salario de la inflación.

¿Qué es lo que está detrás? La permanente obsesión liberal por la moderación salarial. Una moderación que ya se ha producido ‘de facto': las rentas del trabajo cada día pesan menos en el conjunto del PIB. Por supuesto, los sindicatos no están dispuestos a pasar por el aro. El secretario general de UGT, Cándido Méndez, ya ha dejado claro que la cláusula de revisión salarial es sagrada. Es verdad que los salarios deben vincularse más a la productividad que a la inflación. Sería una manera de vincular al trabajador al devenir de la empresa. Pero eso es una cosa y otra el discurso liberal de permanente recorte. Y encima con excusas. Aunque reconozcámoslo: la excusa es buena.