La verdad es que Iberdrola está de lo más apetitosa. Esta semana, en Alicante, el consejero delegado y futuro presidente, Ignacio Sánchez Galán, ha galvanizado a los directivos de la empresa (es un verdadero maestro) y los márgenes de rentabilidad de la eléctrica mas verde marchan viento en popa.

Y esto es lo malo, que tan peligroso es ir mal como ir demasiado bien: eso despierta la codicia ajena. Así, la eléctrica italiana ENEL, socia de Fenosa, ha puesto sus ojos sobre Iberdrola. ENEL es una empresa pública, casi sinónimo de otras dos condiciones: más grande y menos rentable que Iberdrola. No cotiza en bolsa y tira con pólvora del Rey. ENEL estaría dispuesta a comprarle sus participaciones a BBK y BBVA, con lo que controlaría un 15% d Iberdrola. Y quiere hacerlo antes de que Galán sustituya a Iñigo Oriol en la presidencia. Aldo Olcese, un hombre que confiesa trabajar tanto porque sólo duerme 3 horas, y el cuñadísimo de Aznar, Alejandro Agag, siempre cera del dinero italiano.

Por cierto, la participación del BBVA en Iberdorla, un 5%, puede emplearse como moneda de cambio por parte del nuevo Gobierno Berlusconi: Ya saben: si quieren que BBVA se haga con la BNL, España tendrá que ofrecer algo a cambio. Lo malo es que Iberdrola es una empresa clave en un sector clave.