El Gobierno alemán se ha convencido de que es la única forma de poder garantizar la demanda energética en el país germano

 

La política energética está siendo uno de los principales quebraderos de cabeza para la canciller alemana en su segunda legislatura.

El debate en Alemania se centra ahora en si se deben mantener o no los reactores nucleares tal y como cuenta el International Herald Tribune. A favor de su conservación se muestran los democristianos de Merkel y sus socios en el Gobierno, los liberales, no obstante los socialdemócratas y los verdes han mostrado su apoyo al cierre de las plantas nucleares.

El problema de Merkel está en que en su primera legislatura tuvo como aliados a los ya citados socialdemócratas y verdes, y con ellos llevó a cabo una ley por la que todos los reactores debían cerrarse para 2022 y en la que también se estipulaba que no se permitiría la construcción de ninguno más.

En consecuencia, se entiende que el viraje de Merkel a favor de la energía nuclear se debe a tres factores:

1.  Es la única forma de garantizar el suministro energético en Alemania.

2. Merkel se comprometió a luchar contra el cambio climático mediante la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, y la energía nuclear es su única opción para cumplir este compromiso.

3.   Ahora sus socios en el Gobierno son favorables a la energía nuclear.

En cuanto a la opinión pública cabe decir que la sociedad alemana está muy polarizada en torno a esta materia, ya que el 46% de los ciudadanos apoya que se mantengan los reactores nucleares mientras que el 46% se opone a ello.

Lo que está claro es que la decisión que tome la canciller respecto a este asunto marcará toda la presente legislatura.

Gabriel López

gabriel@hispanidad.com