Horas después de que Zapatero se rindiera ante los alemanes de E.ON y suprimiera las condiciones impuestas por la Comisión Nacional de la Energía (CNE) a la OPA de la alemana E.ON sobre la española Endesa, la compañía germana dejaba sin luz a 10 millones de europeos en 9 países, entre ellos España. Esto demuestra, sin el menor atisbo de dudas, que la unidad Europea es un hecho, al menos estamos todos juntos en las desgracias, muy integrados.

El problema es que E.ON Net es la empresa que vehicula la electricidad para el 50% de los alemanes. Además, está en el centro de Europa, y sus fallos los pagamos todos. La existencia misma de E.ON Net demuestra la imbricación que existe en Alemania entre lo privado y lo público, a pesar de que unos lleven la fama, España, y otros carden la lana, Alemania.

Es más, el presidente de E.ON, Wulf Bernotat, siempre ha defendió la superior tecnología alemana, que resultaría muy beneficiosa para Endesa. El empresario alemán no ha dejado de repetir que el tiempo medio de interrupción del suministro en Alemania apenas supera los 20 minutos. Pues bien, el apagón del fin de semana tardó 40 minutos en resolverse. Y además, por mor de la muy liberal concentración empresarial que impone Bruselas y la canciller alemana Angela Merkel, ahora son apagones de 40 minutos, transcontinentales. O sea, a lo grande.

Eulogio López