Contábamos ayer en Hispanidad que los italianos continúan avalando al Gobierno de Meloni, que ha arrasado en la segunda vuelta de las elecciones municipales. Ahora la Primer Ministro de Italia ha dado un paso más para cumplir una de sus promesas electorales. Así, el Parlamento italiano va camino de penalizar la práctica de la maternidad subrogada en el extranjero, y es que ayer la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados aprobó una serie de enmiendas al proyecto de Ley que busca hacer de esta práctica "un delito universal".

La maternidad subrogada es delito en el país transalpino por una ley de 2004, que contempla penas de cárcel de hasta dos años y multas de un millón de euros a "quien, en cualquier modo, realice, organice o patrocine la comercialización de gametos o embriones", pero la nueva ley busca penalizar también a aquellos que recurran a la maternidad subrogada fuera de Italia. 

La enmienda prohíbe a los "ciudadanos italianos" hacer uso de los "vientres de alquiler" en el extranjero "para obstaculizar toda práctica que pueda configurarse como un tráfico comercial de niños". Se espera que la Ley llegue al pleno de la Cámara de los Diputados el 19 de junio, para que después pase al Senado para su aprobación definitiva. 

La ministra para la Familia, la Natalidad y la Igualdad de Oportunidades, Eugenia Roccella, defendió la medida, asegurando que la postura es "clara y de absoluta condena a toda forma de maternidad subrogada por ser lesiva de la dignidad de las mujeres y los derechos de los niños".

La recién estrenada secretaria del Partido Demócratico, Elly Schlein, ha levantado el debate dentro de su propio partido al defender la maternidad subrogada pero reconocer que es un tema "delicado y denso" que requiere de un estudio profundo, incluso dentro de su formación política. 

La primer ministro no ha ocultado su oposición al aborto y a los vientres de alquiler y su deseo de implementar políticas que fomenten la natalidad en el país, y este es un primer paso.