
Pedro Sánchez ya no gobierna, no porque Carles Puigdemont se lo ponga difícil sino porque ha delegado en sus ministros esa menudencia conocida como gobernanza. Ahora, el presidente del Gobierno nominal vive pendiente de mantenerse en su eterna juventud, y está dispuesto a aceptar cualquier ideología, cualquier majadería, con tal de mantenerse en el sillón de La Moncloa.
Además, Sánchez ha comprendido que un pueblo tan descristianizado como el español es un pueblo abotargado, con unas tragaderas inconmensurables, que acepta cualquier proyecto, por fanático que resulte, con algo parecido a un bostezo.
Sí, Sánchez es ahora el hombre que ha vendido su alma a cambio de una eterna juventud, aparente, mientras su retrato, en este caso retrato político, es quien registra su verdadero ser: un Parlamento español repleto de aliados que pretenden destruir España y acabar con la obra de España, la Hispanidad, un país de profundas raíces católicas cuyo Boletín Oficial lleva siete años -bueno, alguno más- profanando los principios cristianos. Digo principios, es decir, la teoría, porque de la práctica cristianófoba ya nos encargamos los propios cristianos por odio a la fe, por tibieza y por cobardía.
Y es que España es muy importante en la estrategia del Nuevo Orden Mundial (NOM). Y el NOM considera que Sánchez puede ser útil... pero ZP es necesario
También es anticristiana la variable sanchista de un gobierno que está imponiendo una sociedad y una economía que promociona la vagancia y que ha cambiado la propiedad privada por la subvención pública.
Pero, naturalmente, esta entelequia venenosa no soporta el paso del tiempo y don Pedro ya lleva siete años en el poder. Por eso, Dorian 'Sánchez' Gray ha hecho un pacto con el diablo: más que la eterna juventud pretende la eterna presidencia del Gobierno. De su juventud aparente ya se encarga el botox y el ácido hialurónico, a los que cada día es más adepto y adicto.
Ejemplo: Sánchez ya ni se plantea los casos de corrupción o, al menos, deja a su formidable equipo de propaganda, el mejor de todos los gobiernos de la democracia, el "y tú más", con el que responde al PP.
No olviden que el presidente del Gobierno empezó a distanciarse de Ábalos y de Cerdán cuando se percató que la adoración que ambos le profesaban no era incompatible con un mínimo de sentido común. En plata, en su momento, primero Ábalos, luego Cerdán, se dieron cuenta de que la impunidad con la que actuaba su patrón le pasaría factura antes o después, y entonces fue cuando empezaron a coquetear con la teoría de un sustituto. Y en ambos casos, lo crean o no, sólo encontraron al más fiel y en teoría leal apoyo de Pedro Sánchez: su antecesor, José Luis Rodríguez Zapatero, intelectualmente muy superior a Sánchez. No se dejen engañar por sus respectivas apariencias, que predican lo contrario. Sánchez habla mejor que ZP, ciertamente pero no olviden que el verdadero garante del Nuevo Orden mundial (NOM), la nueva masonería internacional, siempre ferozmente cristófobo, es Zapatero.
Eso sí, para ser un líder de proyección internacional, Zapatero debe desligarse de la china Huawei, a quien ha servido como representante en España
Es más, el actual presidente del Gobierno trata ahora de librarse de la sombra de su gran aliado y posible sustituto, su amado antecesor en el cargo. Y es que, insisto, España cada día es más importante en la estrategia del Nuevo Orden Mundial (NOM) y él sabe que es imprescindible para el NOM. España siempre lo ha sido, aunque los españoles no seamos conscientes, no porque seamos muy poderosos sino porque la historia de España es la historia viva de la Iglesia de Cristo.
Por decirlo de otra forma, Sánchez se va de vacaciones con la idea de que el enemigo está dentro, en el propio PSOE, y de que el socialista al que más debe vigilar el actual mandatario, no es Felipe González sino Rodríguez Zapatero, porque es el que, llegado el momento, tendría que actuar como verdugo de Sánchez, en su propio favor o en favor de un tercero. Eso sí, para ser un líder de proyección internacional, Zapatero debe desligarse de la china Huawei, a quien ha servido como representante en España.
Mientras, el retrato de Dorian 'Sánchez' Gray envejece y errará aquel que juzgue las intenciones de Sánchez por su tarea de Gobierno: él ya no pretende gobernar, sólo mandar, sólo aguantar, en la esperanza de que sólo envejezca su retrato, su imagen pública, mientras él se mantenga eternamente joven.













