El jefe de la Casa Real Jaime Alfonsín un toro más bien manso ha sacado a escena a un personaje que se resiste a jubilar. En decir, Alfonsín está utilizando al exjefe del CNI, general Félix Sanz Roldán (en la imagen de la derecha), como interlocutor entre padre e hijo
Si estará nervioso Pedro Sánchez con lo que vaticinan las encuestas que se ha marchado a Doñana para solidarizarse con las aves migratorias... animalitos a los que el pérfido PP quiere arrebatar su refugio, la joya de Huelva. ¡Qué vergüenza pero cuán emocionante!
Tan desesperado está don Pedro que ha dado orden a su grupo parlamentario para que empiece a coquetear con Podemos: el PSOE podría aceptar la creación de la famosa comisión parlamentaria solicitada por Podemos para investigar -es decir, masacrar- al Rey emérito y, al tiempo, poner en solfa a la monarquía. Aquí sólo hay un jefe del Estado: Pedro Sánchez y que viva la III República.
Alfonsín utiliza a Félix Sánz Roldán como interlocutor entre padre e hijo. El diálogo directo es mínimo, una de las razones por las que Sánchez desprecia a Felipe VI
¿Se imaginan? Mañana, tarde y noche toda la vengativa izquierda española lanzando denuestos, en sede parlamentaria, contra el abdicado Rey de España, trasmitido por RTVE en vivo y en directo? ¡Como para relamerse de gusto!
Además, Sánchez conseguiría dos pájaros con un solo tiro: recompondría sus relaciones, con ese abrazo del oso que representa Yolandísima, y se convertiría en el limpiador de la corrupción española, el regenerador que lo mismo se atreve con el cadáver de Franco que con el Rey vivo pero ya caído. El presidente de todas las europas durante un semestre, mostraría su porte histórico y, si apearse el traje de chaqueta, incluso captaría el voto de centro, mosqueado con el aldeanismo de Feijóo.
En plata: que Moncloa coloca a Juan Carlos I en el centro de la diana electoral. La cosa ha empezado con la bien-mandada de Isabel Rodríguez, ministra portavoz, bramando sobre la imperiosa necesidad de que SM Juan Carlos I dé explicaciones al pueblo español. Esto el miércoles, 24 horas después de que anunciara, ante el Consejo de Ministros del martes, que nada tenía que opinar el Gobierno sobre los viajes privados de Juan Carlos I.
Y ojo, porque el jefe de la Casa Real Jaime Alfonsín un toro más bien manso ha sacado a escena a un personaje que se resiste a jubilar. En decir, Alfonsín está utilizando al exjefe del CNI, general Félix Sanz Roldán, como interlocutor entre padre e hijo. El diálogo directo entre ambos es mínimo, una de las razones por la que Sánchez desprecia al inoperante Felipe VI: nadie respeta al hijo que no honra a su padre.
Y es que Félix Sanz Roldán continúa utilizando la información conseguida en el CNI para permanecer en el proscenio de la escena política, al tiempo que esa misma información le sirve para hacer fajillo. Ejemplo: cobra 240.000 euros más gastos por asesorar a Iberdrola. Vamos por hacer valer la figura de Ignacio Sánchez Galán.
Félix Sáenz Roldán continúa utilizando la información conseguida en el CNI y continúa haciendo fajillo. Ejemplo: cobra 240.000 euros más gastos por asesorar a Iberdrola... un par de veces al año.
El Rey Juan Carlos no soporta a Alfonsín, pero sí acepta hablar con Sanz Roldán, lo que quizás constituya un error. El general se ha convertido en el intermediario entre padre e hijo. Y mientras Felipe VI, que no Sánchez, no abra las puertas de España a Juan Carlos I, Sánchez continuará con su campaña contra la monarquía. Y si la campaña contra la Monarquía quebrara España... pues la verdad es que al doctor Sánchez esa cuestión le trae al pairo.