Si alguna ventaja tenemos los periodistas económicos es que nos pasamos el día hablando con empresarios, directivos y con los portavoces de empresarios y directivos.

Si tuviera que resumir el sentir general de los grandes empresarios españoles lo haría así: Alberto Núñez Feijóo no convence. El término que más oyes repetir -y conste que no me gusta, pues me sabe a pedantería- es el de 'aldeanismo'. Pero sí me gusta el contenido al que se refieren los empresarios con ese término, hablan del dos más dos igual a cinco. Ya saben: siempre que alguien dice que dos más dos son seis y alguien le corrige asegurando que dos más dos son cuatro, surge un tercero que en pro de la moderación y el diálogo acaba concluyendo que dos más dos son cinco. Ese es Núñez Feijóo.

Feijóo tiene pocos principios pero muchos complejos, Ayuso tiene pocos principios pero carece de complejos

Se lo cuento de otra manera: los empresarios suspiran porque Isabel Díaz Ayuso sustituya a Feijóo como líder de la derecha porque resulta que la madrileña es mucho más valiente y habla mucho más claro que Feijóo. 

Y ojo, que a mí Ayuso me cae simpática pero no me gusta: no es una mujer de qués sino de cómos, los qués los tiene muy confusos, pero, eso sí, es una mujer sin complejos. Comprendo las ansias empresariales porque Feijóo es peor: tiene pocos principios pero muchos complejos; Ayuso tiene pocos principios pero carece de complejos.

Por supuesto, el voto católico desprecia a Feijóo

Como muestra un botón, la entrevista concedida por el futuro ministro de Economía de Feijóo presidente, el moderadito coordinador económico del PP, Juan Bravo: si el PP llega al poder no derogará la reforma laboral y seguirán gravando los beneficios extraordinarios, eso sí, de acuerdo con Europa. ¿Se pude ser más apático?

Sánchez perderá las elecciones pero Feijóo no las ganará  

Y conste que, a muchos empresarios, sobre todo a los pequeños -que son mucho más importantes que los grandes-, más que las subidas de impuestos o el voto subvencionado de Pedro Sánchez, lo que les fastidia de este Gobierno es la burocracia sin límites. Ya saben, para enviar un correo electrónico a un empleado hay que pedirle permiso, hacerlo fuera del horario laboral, aunque se trate de una instrucción... para el horario laboral. Hacienda y la Seguridad Social, así como los organismos reguladores, abruman al emprendedor con una carga funcionarial estúpida y con unos cometidos, por ejemplo, la recaudación, que no son competencia de la empresa sino del Estado.

Aún más que los sobre-impuestos de Sánchez, a las empresas, sobre todo a las pequeñas, les preocupa la burocracia

Pero tenemos lo que tenemos así que, en el mejor de los casos, Sánchez perderá las elecciones, pero Feijóo no las ganará.