Abascal cede una vez, lo que preludia que cederá siempre
Ha sido un día de total humillación del PP a Vox. Retorciendo argumentos como sólo saben hacerlo los socialistas y el pepero Carlos Herrera, más la tribu moderada de Núñez Feijóo, han planteado que el avance provida -mínimo- planteado por García-Gallardo, vicepresidente de Castilla y León, de Vox, para que los medios se vieran obligados a proponer, a la embarazada que quiera abortar, que oyera el latido del corazón de su hijo o una ecografía del bebé, supone un gravísimo atentado contra la libertad de la mujer.
En otras palabras, el PP humilla a Vox con el aborto y eso obliga al líder de la tercera formación del país, Santiago Abascal, a tomar una decisión. Fuentes del partido aseguraban a Hispanidad que Abascal no se atreve a imitar a Giorgia Meloni, que un día se cansó de ser la 'comparsa de' para defender su propio programa... y fue la lista más votada y se convirtió en la primera ministra de Italia. Ahora, o Vox rompe con el PP o se diluirá en la marginalidad.
Desautorización total de Mañueco a García-Gallardo: no se obligará a los médicos a proponer nada: sólo se obligará al niño a morir
Vox es un partido católico y si no defiende la vida desde la concepción hasta la muerte natural, le abandonarán los católicos coherentes mientras los católicos de misa de 12:00 nunca han pensado en votarle: votan al PP.
Además, la desautorización total de García-Gallardo e indirectamente del propio Abascal, es de tal calibre que Feijóo sabe que si Abascal cede ahora cederá siempre. Le ocurrirá como en Murcia, donde utilizarán a un trásfuga de su partido para mantener al pepero Fernando López Miras en el poder, quien ahora ha prescindido de la ex-Vox María Isabel Campuzano, consejera de Educación: ya no le sirve.
Al final, Vox tan sólo pretendía obligar al médico a proporcionar a la paciente la ecografía y a escuchar el latido del corazón de su hijo. Pues dice el PP que ni eso
Al final, en Castilla y León, Vox tan sólo pretendía obligar al médico a proporcionar al paciente la ecografía y escuchar el latido del corazón de su hijo: pues dice el PP que ni eso. A partir de ahí, todo será ceder.
La alternativa es la actitud Meloni, pero Abascal no se atreve a romper con el PP.