- Francisco no es una Papa hereje y está llamado a ser un Papa mártir.
- La polémica sobre 'Amoris Laetitia' está en su nivel más bajo y peligroso: en sí es herética o no lo es.
- ¡Sólo faltaba que una encíclica papal fuera herética! No, no lo es.
Es inútil la polémica sobre
Amoris Laetitia (AL) y el malhadado y puñetero
Sínodo de la Familia no remite. Y lo cierto es que AL dice maravillas sobre la familia y sobre el amor humano.
Ahora bien, si la polémica no es, como ocurrió con la
Familiaris Consortio de
Juan Pablo II, entre cristianos y anticristianos, sino que la batalla se libra en el seno de la propia Iglesia (lo que ocurre con
Amoris Laetitia) es que algo está fallando.
Más aún:
si la polémica estriba en si una encíclica papal atenta o no atenta contra el Magisterio, bueno, es que
no se trata de la encíclica más lograda del moderno pontificado. De eso no cabe duda alguna.
Pero consideremos, al mismo tiempo, que
Francisco no es una Papa hereje y está llamado a ser un
Papa mártir. El mal en la Iglesia actual ya ha llegado muy adentro y muy arriba.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com