Al parecer ya no es el periodismo independiente de Internet -así como los señores de la prensa- quien arremete contra la SGAE, sino el mismísimo Luis Berenguer, presidente de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC). La entrevista publicada el miércoles por El Economista, obra de Javier Romera y Rubén Esteller, no tiene desperdicio.
Berenguer asegura que la SGAE fija tarifas abusivas.
Dejando a un lado el cobro a peluquerías por emitir música mientras acicalan a sus clientes y sin entrar en el proceloso debate sobre la propiedad intelectual, esto es, aceptando todas la premisas en las que se enraiza la perla del progresismo zapateril, lo cierto es que la SGAE ha impuesto, con la ayuda del Gobierno, el sistema del canon, cuando se llama así o cuando no. Por ejemplo, la asociación del inefable Teddy Bautista, cobra a las televisiones una parte de su facturación, independientemente de lo que el medio haya emitido e independientemente de los creadores a los que representa.
Si hay que cobrar derechos de autor lo lógico es que no lo tramiten entidades privadas sino públicas, y con tarifas objetivadas de antemano.