Este martes se firma en Moncloa el acuerdo laboral. Fuegos artificiales para un acuerdo que ha sido más duro que un parto y más largo que un embarazo. Pero habemus acuerdo. Sin embargo, la patronal pretende que este acuerdo no se entienda como un cheque en blanco de absolutamente todo. Y ya ha levantado la voz en relación a la reforma del impuesto sobre sociedades. Esa que el gobierno puede que tenga que pactar con CiU ante la espantá de sus socios republicanos.

Los patronos mostraron su oposición a la Ley de Igualdad. Una oposición que logró imponerse en el Consejo Económico y Social. En todo caso, es posible que termine imponiéndose la 'doctrina Caldera': Si no es por las buenas, tendrá que ser por las malas. Tras la crítica a la presencia de las consejeras de la cuota, la patronal prepara su artillería contra la reforma fiscal. Y es que Solbes ya lo advirtió: más que una rebaja fiscal es una reforma tributaria.

La CEOE considera que la eliminación de las deducciones fiscales pondría en riesgo la competitividad de la economía española. Y probablemente tienen razón. El problema, apuntan desde el PP, es que el Estatut y su generalización no dejan espacio para una reforma fiscal en condiciones. Han preferido comprar Estatut a hacer una reforma fiscal que afronte de cara la pérdida de competitividad de la empresa española, apuntan fuentes populares.