Sr. Director:

El cannabis, un riesgo para la salud mental, era un titular de la publicación de un nuevo estudio en el que se confirma que el consumo de cannabis aumenta la probabilidad de trastornos psíquicos en los jóvenes. El estudio se hizo a raíz de la rebaja de penas por posesión y tráfico que había hecho el Gobierno de la Gran Bretaña. Para muchos, la medida ha contribuido a crear en la gente la impresión de que el cannabis es prácticamente inocuo.

El pasado día 1 de febrero, la Generalitat de Cataluña anunció Sesenta farmacias catalanas venderán marihuana para uso terapéutico. Según la consellera de Sanitat, de esta manera, no la tendrán que comprar de manera clandestina y de menor calidad. Antes del verano, la misma consellera ya avanzó la voluntad del Gobierno catalán de llegar a un acuerdo con una multinacional farmacéutica que entonces estaba a punto de sacar un producto farmacológico con extractos de la planta de la marihuana.

No podemos olvidar que hoy, el cannabis es más popular entre los jóvenes que el tabaco, y las variedades más potentes están más difundidas que nunca. Ante las conclusiones del estudio británico (aumenta el riesgo de enfermedades mentales) me pregunto, ¿qué se consigue con la aprobación de la Generalitat? Nada nuevo, puesto que mediante otros fármacos ya se obtienen los resultados que se atribuyen al cannabis. Por el contrario, se trivializa el uso y el consumo de un producto (droga) con efectos graves para la salud, además de crear dependencia, que, siendo ilegal, ya consumen cerca del 40% de los jóvenes españoles; beneficia a las oficinas de farmacia y a algunas multinacionales y el Govern cumple una reivindicación que durante muchos años están haciendo algunos militantes de los partidos en el poder.

Con esta aprobación, aumenta la preocupación de muchos ciudadanos, a los que nos cuesta entender se hagan campañas contra el tabaco y el alcohol y se legalice el cannabis. Muchos nos planteamos: Ahora que por fin estamos ganando la batalla contra el tabaco y el alcohol, corremos peligro de minusvalorar el riesgo que presenta el cannabis. No olvidemos que hoy predominan en el mercado formas de cannabis transgénicos, más potente que el natural.  

Jesús Domingo Martínez

jesus.domingo@bell-lloc.org