Recientemente ha sido investido en un acto público y solemne el ex-Presidente del Gobierno José María Aznar Catedrático de Ética, Política y Humanidades de la UCAM, por la que al parecer desfilarán el Presidente autonómico Valcárcel (el que también recientemente ha manifestado que se retracta de lo dicho antes y que se sacrificará una legislatura más por el bien de todos los murcianos) y otros altos cargos del PP, además también de otros "ex".
Qué paradoja. Una persona que gobernó España durante ocho años. Que tuvo durante la mitad de ellos mayoría absoluta, por lo que pudo hacer mucho en defensa del derecho básico y fundamental a la vida de toda persona, desde su concepción a su muerte natural; del derecho a la libertad de expresión, de información (evitando la concentración de poder en manos del imperio Polanco y no ejecutando la sentencia del Tribunal Supremo sobre el "antenicidio") y religiosa; de la efectiva separación de poderes, resucitando a Montesquieu, despolitizando el Consejo General del Poder Judicial, etc.
Por el contrario, durante su mandato se incrementó el número de abortos. Las Comunidades Autónomas gobernadas por el PP expidieron licencias de apertura de "clínicas" abortistas. Madrid y Murcia (junto a Cataluña), por ejemplo, son las capitales nacionales a la cabeza en el ranking de crímenes de tal naturaleza.
Durante su mandato se comenzó la venta en farmacias de la abortiva "píldora del día después" (PDD). Eso sí, con receta "médica". Gallardón, como Presidente de la Comunidad de Madrid, fue "pionero" en tal "fazaña", como dirían unos que yo me sé.
Era conocedor (Aznar), sin duda, del "coladero" que suponía uno de los supuestos de aborto despenalizado, el de grave peligro para la salud psíquica de la "madre". Y, como digo, nada hizo.
Se le recuerda por los años de bonanza económica, ahora que atravesamos una grave situación económica, como si la economía y su actual crisis fuera lo primero.
No. Hay otras cosas que están por encima del dinero. La persona, el matrimonio, la familia. La salud de la sociedad. Que ahora está enferma. Cabe preguntarse quién tiene la culpa.
Recuerdo que en su programa electoral figuraba la vuelta al sistema constitucional de designación del CGPJ, de modo que doce de sus veinte miembros fueran elegidos por los propios jueces. Tampoco lo cumplió. Llegó a un acuerdo con las asociaciones de jueces, las que en su conjunto no representan ni al cincuenta por ciento de los cuatro mil jueces.
También dijo que si alcanzaba el poder "no levantaría la alfombra", refiriéndose a que no desclasificaría los papeles del CESID (actual CNI), ya que "había que pasar página" del caso GAL y olvidarse en definitiva de quién era el famoso "míster X" al que perseguía el inefable Garzón. Lo dijo y lo hizo. La consecuencia fue que cayeron Amedo y Domínguez, Galindo, Vera, Barrionuevo..., pero no el cerebro. Vamos, como por desgracia suele pasar con las bandas organizadas de narcotraficantes: caen los peces pequeños, pero los grandes escapan a la redada.
Y como acaece ahora con los casos de piratería marina, en los que al parecer hay grandes bufetes de abogados sin escrúpulos que se lucran con tales actos de terrorismo. Lo acaba de decir la ministra Chacón. Pero paradójicamente parece ser que el CNI ha sido el que ha contratado al letrado del pirata del Alakrana que iba de Pedraz a Gordillo y de éste a aquél, al dudarse de su mayoría de edad penal. Letrado que (¡qué "casualidad¡) defendió a mercenarios de los GAL, y que ha declarado esta semana que su modelo, su maestro, ha sido Rodríguez Menéndez, abogado encarcelado y huido de la justicia...
Cabe preguntarse cómo se pueden clasificar como secretos unos papeles que pueden acreditar delitos y su autoría. Si su descubrimiento afecta a la seguridad nacional. Yo pienso que en modo alguno cabe tal proceder, y que al revés, fortalece la democracia el ver que desde el Presidente del Gobierno "para abajo" (lo pongo entrecomillado porque en España no hay súbditos, sino ciudadanos que confieren un mandato cada cuatro años a otros conciudadanos para que les representen y gobiernen, debiendo rendir cuentas de su gestión, al menos en teoría) nadie está libre de ser procesado por los Tribunales. Que en efecto todos somos iguales ante la ley.
Ahí está el caso de Nixon, de Berlusconi, al que le han levantado la inmunidad, etc.
En un Estado de Derecho, no hay treguas ni concesiones a los que infringen la ley. El que la hace la paga.
Lo dicho. Paradojas de la vida. Aznar, catedrático de ética. Cosas veredes. Más le valdría dedicarse a lo suyo, como inspector de Hacienda que es. Podría hacer mucho por evitar el fraude fiscal. En lugar de dedicarse a dar conferencias y escribir libros con recetas para salir de la crisis económica. ¿Y la moral?
Fernando Ferrín Calamita